ESPECIAL 23A

Sobrevolar los obstáculos

La pandemia y la guerra de Ucrania han aminorado la tendencia al alza que presentaba el Aeropuerto de Zaragoza en sus dos vertientes: pasajeros y mercancías

El Aeropuerto de Zaragoza intenta consolidarse como uno de los más importantes del país.

El Aeropuerto de Zaragoza intenta consolidarse como uno de los más importantes del país. / Jaime Galindo

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Zaragoza se convertirá, salvo giro demográfico imprevisto, en la cuarta ciudad de España en los próximos años. La capital aragonesa ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas que se acentuó, más si cabe, con la celebración de la Expo 2008. Un salto que fue acompañado de una renovación total del aeropuerto de la ciudad, inaugurado en 1940 y que, de esta forma, vio triplicado su espacio para los viajeros, adecuando sus capacidades a la nueva realidad.

Precisamente, la comercial es una de las batallas que lleva librando en los últimos años el aeródromo, cuyas competencias dependen de Aena. Pese a ello, parece evidente que la colaboración entre administraciones es condición 'sine qua non' para su correcto crecimiento. Así, en 2018 la DGA impulsó la Mesa por la Conectividad Aérea con el objetivo de convertir Zaragoza en el Nodo Aeropuertario del Valle del Ebro. La mesa supuso un punto de encuentro y de diálogo social, ya que en su constitución participaron el Ayuntamiento de Zaragoza, la propia Aena, sindicatos, organizaciones turísticas o diferentes asociaciones empresariales, pero la pandemia frenó en seco una estrategia que iba en buen camino. Pese a ello, José Luis Soro, consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, es "optimista", sensación refrendada por las espectaculares cifras de 2022 (más de 600.000 pasajeros, la segunda más alta de su historia), que podrían incluso superarse en este mismo 2023.

Asimismo, Soro remarca que no se trata únicamente de una "apuesta turística" (en los últimos meses se han conocido nuevos destinos, incluso alguno pionero, como Abu Simbel en Egipto), sino que también se trata de una decidida lucha por conectar mejor las empresas aragonesas y foráneas. "Hicimos una encuesta, junto a la Cámara de Comercio, para ver dónde necesitan viajar los empresarios. Evidentemente, Madrid o Barcelona están muy bien comunicados con el tren, pero hay otros lugares, como Galicia, en los que hay muchas empresas aragonesas con intereses a las que les resulta más interesante viajar en avión", explica el consejero.

Una línea mercantil consolidada

Sin embargo, es en su línea mercantil donde el Aeropuerto de Zaragoza ha logrado un mayor desarrollo en los últimos tiempos, hasta el punto de estar luchando por consolidarse en el podio a nivel nacional, alternando entre la segunda y la tercera posición con el Aeropuerto de Barcelona.

Pero, si la pandemia fue la causante de los dolores de cabeza para el tráfico de pasajeros, la guerra de Ucrania ha supuesto un frenazo a la evolución de las mercancías. Así, el pasado mes de enero se conoció que el volumen de carga de la terminal cayó un 34% en 2022, situándose en el nivel más bajo desde 2016. Este dato rompió de forma abrupta la tendencia al alza que venía presentando en los últimos años, especialmente debido a la incidencia de Inditex, que conforma más del 80% de los envíos internacionales.

En cualquier caso, de lo que no cabe duda es de las enormes posibilidades de un Aeropuerto que busca, por todos los medios, sobrevolar todos los obstáculos que se pongan en su camino y recuperar la tendencia al alza de los años prepandemia.

Huesca: esquiadores y pilotos para despegar

Impulsar el funcionamiento del Aeropuerto de Huesca–Pirineos es una de las obsesiones de la ciudad oscense. Así lo demuestra, por ejemplo, la visita del alcalde Luis Felipe a Madrid, el pasado mes de febrero, para reunirse con el presidente de Aena, Maurici Lucena, con el objetivo de encontrar soluciones y dotar de una mayor viabilidad al aeródromo oscense. En aquel encuentro, una de las opciones posibles y favoritas para ello fue, sin lugar a dudas, impulsar la infraestructura como un centro formativo para pilotos. Una iniciativa que no es nueva, ya que ha estado sobre la mesa de forma recurrente en los últimos años, pero diversas razones han propiciado su cancelación o su rechazo, siendo la última de ellas la de la empresa Barbatus Aeronautics. Por otro lado, la posición privilegiada de Huesca, próxima a muchas de las estaciones de esquí más importantes del territorio, le sitúan como un enclave con potencial para recibir por vía aérea a turistas de nieve. Sin embargo, el aeródromo oscense sigue sin lograr afianzar su posición, recibiendo poco más de 300 pasajeros en el último año –casi tres cuartas partes menos que en 2021– que le sitúan a la cola de los aeropuertos españoles. Sea como fuere, con pilotos o esquiadores, afrontar el despegue del Huesca-Pirineos será una de las tareas pendientes de las administraciones públicas en los próximos años.