En unas jornadas que se prevén maratonianas, el Claustro de la Universidad de Zaragoza empieza esta mañana a debatir el anteproyecto de los estatutos que regirán la vida de la institución académica durante los próximos años. El Claustro se enfrenta a 386 enmiendas, por lo que sus miembros se reunirán en sesiones de mañana y tarde durante los próximos días hasta que se acuerde un texto definitivo.

Este Claustro viene marcado por dos puntos calientes. Uno es la presión de los profesores no permanentes, alrededor de 700, para que en los estatutos se facilite su acceso a una plaza definitiva. El otro es la oposición de todos los grupos de estudiantes al anteproyecto, ya que en su opinión se recorta la presencia de los representantes de los alumnos en los órganos de gobierno del campus.

PLAZAS EN EL AIRE Los docentes que carecen de un puesto fijo tienen previsto concentrarse a la entrada del Paraninfo poco antes de que los claustrales accedan al edificio. Según los afectados, la nueva ley universitaria, la LOU, pone en peligro sus plazas y les obliga a pasar nuevos procesos selectivos, y consideran que el anteproyecto de estatutos no les echa una mano para suavizar este problema.

El Claustro debatirá en primer lugar las dos enmiendas que se han presentado a la totalidad, una de Estudiantes en Defensa de la Universidad y otra del Sindicato de Estudiantes de Izquierdas. Ambos grupos rechazan el texto porque estiman que se vulneran "derechos fundamentales" de los alumnos y se disminuye la representatividad de las asociaciones de estudiantes.

La elaboración de unos nuevos estatutos es una de las consecuencias de la aprobación de la LOU y la Universidad de Zaragoza debe aprobarlos antes del próximo 28 de febrero, fecha límite para remitírselos al Gobierno de Aragón, que será quien les dé el visto bueno definitivo.