Los vecinos de la Margen Izquierda volverán a protestar el domingo contra los planes del equipo de Gobierno para la Vía de Ribera, en el transcurso de una concentración con coches que se celebrará en el barrio Jesús.

Los vecinos del entorno de esta nueva calzada, además de Ansar y de la federación de barrios se reunieron ayer para dejar constancia de que "no hay fisuras" entre las entidades, en contra de lo que defendió el presidente de la junta de la Margen Izquierda, el concejal del PAR Manuel Lorenzo Blasco.

Las asociaciones aprobaron ayer un manifiesto en el que instan a los grupos municipales "a respetar los criterios vecinales a la hora de diseñar el entorno", ya que la posibilidad de que hubiera disparidad de criterios sobre el trazado de la vía llevó a la oposición a abstenerse en la comisión de Urbanismo para estudiar más en detalle los problemas que suscita la Vía de Ribera.

El documento vecinal insiste en que las actuaciones prioritarias deben desarrollarse prioritariamente en la zona de Vadorrey, que es la más deteriorada y más expuesta a las inundaciones. Asimismo, se especifica que el tráfico debe ordenarse en un sólo carril, en el que la velocidad no deberá rebasar los 30 kilómetros por hora, y que dispondrá de una línea discontinua de aparcamientos, un carril bici y una franja verde de reserva para el futuro. Además, se insiste en que las actuaciones no deben dañar el parque lineal del barrio Jesús, que se realizó con una inversión de Ibercaja.

Los términos del manifiesto vecinal recogen el espíritu de las alegaciones que presentaron de forma conjunta con el PSOE, que especificaban la necesidad de que el segundo tramo de la vía, a partir del puente de Hierro se realice soterrado. Los vecinos también rechazan el plan del equipo de Gobierno porque estrecha el cauce del río, lo que supone un mayor riesgo de inundaciones. La Vía de Ribera ya dispuso de otro proyecto municipal que se anuló porque entraba en colisión con el actual plan de urbanismo.