Entre carteles que apelaban al boicot de Coca Cola y la resurrección de los sindicatos obreros destacaban los tres observadores que acababan de llegar de América del Sur. Javier Sánchez, Nati Almárcegui y Roberto Benito aparcaban sus maletas en Zaragoza después de varios meses en dos de las naciones con más problemas políticos de habla hispana: la castigada Colombia y la efervescente Venezuela. Dos países para dos misiones, y las dos, más que cumplidas.

¿Está usted de acuerdo con dejar sin efecto el mandato popular otorgado por elecciones democráticas legislativas al cuidadano Hugo Chávez Frías como presidente de la República de Boliviana de Venezuela para el actual periodo presidencial? , ésta era la pregunta que figuraba en cada una de las papeletas que sirvieron a los venezolanos para determinar la continuidad en el poder de Chávez. Papeletas que estos tres zaragozanos tuvieron que vigilar escrupulosamente hasta que se determinó que el 59% de los ciudadanos era partidario de que el político siguiera en la brecha.

De la experiencia se llevan el consuelo de que "el proceso de elección de Chávez y del referéndum fue totalmente limpio", afirmaban casi al unísono, aunque fue Roberto, uno de los más experimentados quien explicó el porqué de esta afirmación.

Un control férreo

"Es imposible que se hiciera trampa, ya que los nombres de los votantes se recogían en cinco sitios, en los que la identidad debía coincidir. La comprobación de estos registros, a los que nosotros tuvimos acceso, desveló que no hubo fraude", explicaba Benito. Y es que, las sospechas de que en este proceso hubiera engaños, radican, según estos expertos, en que "la oposición del político se empeña en buscar una mínima puerta para echarlo del poder. Además el resultado no nos sorprendió, porque ya se respiraba en el ambiente", reflexionaba Nati, la fémina del grupo.

Pero si de algún aspecto han venido sorprendidos estos tres especialistas, eso ha sido el "civismo de los venezolanos, que aguantaron colas de más de 14 horas con una paciencia enorme y sin producir ningún altercado. Eso en España hubiera sido impensable".

En Colombia, la historia fue mucho más profunda, ya que su objetivo era comprobar la eficacia de la legislación de los Derechos Humanos en el país. Al contrario que con Venezuela, la impresión con la que han vuelto es mucho más deprimente. "Colombia está sumida en una política de represión tremenda, el ejército está en la calle con normalidad y la gente sufre un recorte tremendo de sus libertades", aseguraba Nati. Además, los tres especialistas afirmaron que la situación que sufre la nación colombiana no es algo nuevo, ni tampoco desconocido, ya que "los informes del estado del país están recogidos en la ONU", afirmaba Javier. Es por ese motivo por el que estos activistas apelan a la "colaboración" de las grandes empresas que tienen sindicatos por el mundo "a se unan para lograr la solidaridad".