"Romareda, Romareda y Romareda". Esta es la consigna que más repetía ayer la mayoría de los vendedores ambulantes del Rastro zaragozano ubicado desde hace unos meses en las inmediaciones del pabellón Príncipe Felipe. Dicen que no les salen las cuentas y que el traslado forzado por las obras en el entorno de Eduardo Ibarra solo ha traído consigo pérdidas de venta y de clientela.

"Vendo zapatos de lujo. En Romareda sacaba unos 600 euros cada día de mercado y ahora no llego a los 150. Hoy no he vendido ni cuatro pares y eso que hace mal tiempo y la gente se anima con la nueva mercancía. En Romareda hubiera colocado una media de 15 a 20 pares", explica Anselmo Gómez, un vendedor ambulante con 25 años de experiencia, 20 de los cuales los ha pasado en Eduardo Ibarra.

El descenso de ventas se deja notar especialmente en los puestos que se ubican más alejados de la avenida Cesáreo Alierta. El abogado de la Plataforma por los Derechos del Mercado, Mariano Tafalla, afirma que "digan lo que digan las encuestas oficiales, las ventas medias oscilan entre los 15 y los 50 euros, una cantidad que no da para vivir a buena parte de estas familias". Por ello, reclaman volver a las calles Luis Bermejo, Jerusalén e Isabel la Católica los domingos.

Ayer explicaron sus problemas al portavoz del PP y candidato a la Alcaldía de Zaragoza en mayo del 2007, Domingo Buesa, que, como si de un acto de campaña electoral se tratase, acudió al Rastro arropado por cuatro concejales de su partido y varios asesores para escuchar los lamentos de los vendedores ambulantes.

Los comerciantes no quieren ni oír hablar de trasladarse a Valdespartera, tal y como propuso el alcalde Juan Alberto Belloch, y tampoco quieren "ni imaginarse" cómo será compartir este espacio con los feriantes e Interpeñas durante las fiestas del Pilar. "Para eso que nos lleven a la Feria de Muestras, que por lo menos estaremos bajo cubierto", sentenció con ironía otro de los vendedores.

Durante el paseíllo por los tenderetes, unos y otros relataban a Buesa las dificultades para llegar a fin de mes. Las constantes quejas no lograron, sin embargo, arrancar una solución por parte del candidato popular. "Hay que sentarse y buscar un ferial bien situado para que los ciudadanos puedan acceder con facilidad y los comerciantes mantengan el nivel de ventas de Romareda", argumentó el portavoz del PP. "Sí, pero ¿dónde?", insistieron los periodistas. "No lo sé. Y no soy quién para decidirlo unilateralmente", zanjó Buesa.

Durante la visita al mercadillo, el portavoz del PP mantuvo también una conversación con Juan Antonio Hernández Fortuna. Este histórico vendedor reconoció que su bar ambulante, muy concurrido en Eduardo Ibarra, está vacío todos los días, pero es partidario de esperar a abril para volver a Romareda, tal y como ofreció el teniente de alcalde de Participación Ciudadana, Antonio Becerril.

Ayer casi un centenar de comerciantes no plantó su puesto. "Preferimos irnos a los pueblos", advirtió una vendedora. Ahora tendrán que enfrentarse a una sanción municipal y si son reincidentes a la posibilidad de que el Ayuntamiento de Zaragoza retire sus licencias.