Pedagogo

La sociedad está alarmada ante los datos que se publican sobre acoso escolar. Niños que sufren la violencia de compañeros. Nuestro invitado conoce perfectamente el problema como presidente de la asociación Aragonesa de Psicopedagogía y orientador del IES Tiempos Modernos de Zaragoza.

--Se han publicado unos datos alarmantes sobre acoso escolar.

--Nosotros entendemos por acoso cuando es continuado y no esporádico. Y se puede mezclar el simple insulto con el acoso real. En ese contexto el porcentaje no es tan alto como se ha publicado, pero sí es cierto que hay una serie de chavales muy conflictivos que no tienen solución en el sistema educativo.

--¿Dónde estaría su solución?

--Debe haber más prevención, atención desde el ámbito social y sanitario. No hacemos nada con cambiar al chico de colegio, se deben establecer residencias y centros especializados para niños y adolescentes de ambientes desestructurados y con trastornos de personalidad y dedicar más profesionales a esos ámbitos. La solución no está en dictar más leyes sino en dedicar más recursos.

--¿Esa no es labor de los orientadores?

--El orientador está precisamente para detectar esos casos y orientar hacia la respuesta más adecuada, que no siempre reside en el ámbito educativo. Estamos los mismos orientadores desde hace muchos años y ha aumentado considerablemente desde el número de alumnos hasta la problemática.

--¿Han detectado que ha aumentado la violencia en general, y por tanto la adolescente?

--Evidentemente. Se dan varias circunstancias: la influencia de los medios de comunicación, la menor presencia del padre y de la madre con los niños, el aumento considerable del consumo de drogas y la relajación en el respeto a la autoridad.

--¿Por fin se ha dado cuenta la pedagogía de que la autoridad es imprescindible?

--Es que no es real lo que dices; siempre se nos ha achacado que habíamos relajado el concepto de autoridad y lo que planteamos es totalmente lo contrario: los niños necesitan límites educativos y para aprender es necesario un ambiente relajado.

--Pero es cierto que los niños respetan menos a los profesores.

--Sí, consecuencia de que tampoco respetan a sus padres. Se ha inculcado la idea de que no hay que castigar nunca, y de pronto cuando se comete una falta grave la sanción es extremada. Eso es un error. Habría que sancionar con pequeños castigos las pequeñas faltas para que el niño no detecte que hay impunidad.