El juez de Monzón que instruye diligencias por el asesinato de un ganadero en Tamarite ordenó ayer el ingreso en prisión de José Garcés, de 84 años, como presunto autor de la muerte de su cuñado, Antonio Jáuregui Martínez, cuyo cadáver fue hallado el jueves pasado en una granja de su propiedad.

Gracés, que que fue detenido el sábado, admitió ante el juez, como ya hizo ante la Guardia Civil, su responsabilidad en la muerte del ganadero, de 73 años, cuyo cadáver presentaba una herida inciso contusa en la espalda, producida presumiblemente por una azada.

El anciano, a través de su representante legal, manifestó al juez, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Monzón, que la agresión que provocó la muerte de su cuñado se produjo en legítima defensa, después de una violenta discusión entre ambos, en la que el detenido recibió, supuestamente, varios golpes por parte del fallecido, según informó Efe.

Al parecer, y según indicaron fuentes judiciales, el análisis médico realizado al anciano ha revelado la presencia de lesiones diversas en su cuerpo, como consecuencia de la pelea.

PROBLEMAS ECONÓMICOS Este enfrentamiento tendría su origen en una antigua rivalidad entre ambos motivada por cuestiones económicas, que habría causado en el detenido un trastorno paranoide de carácter obsesivo contra su víctima, según argumentó su abogado.

En su auto de prisión, el juez decreta el encarcelamiento del detenido a la espera de que sea sometido a un examen psiquiátrico a cargo de la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Zaragoza, que permita determinar el alcance del trastorno alegado por su defensa.

La resolución también condiciona la medida de prisión preventiva instada por el fiscal a la valoración de todas las pruebas e informes solicitados para determinar si el anciano actuó en legítima defensa.

Antes de comparecer en los juzgados, el anciano fue trasladado en la mañana de ayer al escenario del crimen para asistir a una reconstrucción de los hechos.

La detención del sospechoso se produjo la mañana del pasado sábado, a las puertas de la iglesia de Binéfar, donde se celebró el funeral por la víctima. Las pruebas halladas por los investigadores en el escenario del crimen, entre otras, un reloj propiedad del detenido, llevaron a la detención del anciano, quien admitió ante la Guardia Civil su responsabilidad en los hechos.

Al parecer, el fallecido, que se encontraba separado de su mujer, vivió un tiempo en el domicilio del sospechoso y, posteriormente, decidió irse con su hija, ante las diferencias que mantenían ambos.