La guerra civil está archivada en la memoria desfalleciente de un número cada vez más reducido de supervivientes. Por eso el Archivo Rojo del Ministerio de Cultura, que reúne más de 3.000 imágenes, supone una apuesta por la conservación del recuerdo histórico de aquel triste periodo. El fondo documental está abierto a todos los ciudadanos en internet (pares.mcu.es) y quienes lo consulten están invitados a aportar datos que permitan averiguar el contexto de todas las fotografías.

El problema es que el Archivo Rojo, que toma su nombre del general republicano Vicente Rojo, no contiene numerosas imágenes de Aragón, una tierra en la que la contienda civil adquirió una gran intensidad tanto en el frente como en la retaguardia, con acciones bélicas como la batalla de Teruel y una sistemática represión de la que fueron víctimas miles de personas que murieron fusiladas en pueblos y ciudades de Aragón.

El Archivo Rojo nació como fondo fotográfico de la Junta Delegada de Defensa de Madrid y este origen pesa en su contenido, que se refiere principalmente a hechos de armas, manifestaciones políticas y escenas de la vida cotidiana de la capital de España. Con todo, ofrece interesantes fotografías de la sublevación de Jaca en diciembre de 1930 y algunas instantáneas de tropas leales a la República avanzando hacia Zaragoza.

Pero los aragoneses no tienen por qué sentirse defraudados por la limitada presencia de su comunidad en el archivo digital. Aquí y allá, dentro de su región, se ponen en marcha iniciativas para recuperar, catalogar y exponer toda clase de documentos y objetos referentes a la guerra civil.

La que se encuentra en un estado más avanzado es la que lleva a cabo la Fundación Bernardo Aladrén, que depende del sindicato UGT-Aragón. "La idea es que este proyecto sea accesible en internet dentro de un mes y medio", apunta Julián Moyano, documentalista de la entidad, que tiene como principal objetivo rescatar testimonios del periodo comprendido entre 1936 y 1939, de la época franquista y de la transición política.

"La dirección que la Fundación Bernardo Aladrén poseerá en internet incluirá la parte del archivo de UGT que está digitalizada y que contiene desde periódicos de aquellos años revueltos hasta documentos orales y gráficos de la época", indica Moyano. No faltarán las fotografías ni tampoco una lista con los nombres y datos biográficos de todos los miembros del sindicato que murieron asesinados. Al igual que el Archivo Rojo, UGT-Aragón también está abierta a la colaboración popular, tanto para aportar documentos y materiales como para facilitar datos que ayuden a sacar a la luz la historia del sindicato y sus miembros.

Elena Vicente, coordinadora de la fundación ugetista, considera que la página web con el archivo del sindicato servirá para ahondar en su intrahistoria. "El Archivo Rojo es más general, menos concreto, pero el de UGT atañe de forma directa a los aragoneses", afirma. Es más, considera que la colaboración de la sociedad ayudará a apuntalar aspectos que todavía no han sido investigados en profundidad.

Moyano, no obstante, desconfía de los límites de la indagación histórica no profesional. "Existe siempre la posibilidad de que la gente, de forma involuntaria, dé información errónea sobre hechos lejanos y sobre los que tiene un conocimiento indirecto, subjetivo o distorsionado por el paso de los años", advierte.

Para ver las fotos del Archivo Rojo, entrar en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN (www.elperiodicodearagon.com