La presidenta de Chunta Aragonesista (CHA), Nieves Ibeas, ha enviado una misiva al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, solicitando que se mantengan las ayudas al carbón hasta 2020 y que cada país europeo con actividad minera elabore su propio plan para el cierre "progresivo" de las minas inviables económicamente. La misiva también se ha enviado a los comisarios europeos concernidos, el Consejo de la Unión Europea, los Gobiernos de los Estados miembros y comunidades autónomas afectadas y el propio Gobierno español, interlocutores que participan en estos momentos en la negociación política.

El responsable de asuntos europeos de CHA, Miguel Martínez Tomey, viajará la semana que viene a Bruselas con el objetivo de tratar, a través del partido europeo ALE-Los Verdes del que CHA forma parte, la cuestión del fin de las ayudas y las fórmulas que se aplicarán para garantizar los puestos de trabajo en Aragón actualmente vinculados al carbón y los programas de desarrollo económico alternativo que CHA demanda que se apliquen en esas zonas.

Miguel Martínez Tomey señala que "proponemos dos fórmulas para aplicar el fin de las ayudas. Por una parte, que se siga manteniendo el actual sistema de ayudas hasta 2020 y que cada Estado miembro presente un Plan para el cierre progresivo de las explotaciones no viables. Por otra parte, establecer un sistema de ayudas del Estado a la reconversión económica que se corresponda con el promedio de ayudas recibidas a lo largo de los últimos 10 años y que esté sujeto a una serie de condiciones".

El responsable de asuntos europeos matiza que "entre estas condiciones, una que es imprescindible es sustituir una fuente de energía insostenible por las energías renovables que garanticen nuestro futuro" y en este sentido ha añadido que "es decir, que las zonas en las que se debe realizar la reconversión económica y que cuentan con personas expertas en energías sean zonas preferentes a la hora de recibir las cuantiosas partidas previstas por Europa para la instalación de energías limpias, renovables y sostenibles".

Martínez Tomey añadió que "si el carbón ha de desaparecer de la economía europea no es admisible cerrar las minas salvajemente: si hay una alternativa energética, tecnológica e industrial alternativa y la UE, como sabemos, tiene decenas de miles de millones de euros para promoverla, las zonas mineras afectadas han de tener preferencia a la hora de optar a la ubicación de esos proyectos y esa financiación en su territorio".