Los embalses de la Cuenca Hidrográfica del Ebro están al 58,7% de su capacidad, con 4.407 hectómetros cúbicos de los 7.507 que pueden albergar en su totalidad. En la última semana, han disminuido casi un 2%, en un verano particularmente seco. Esto ha provocado que, en plena campaña de riegos, la reserva hídrica esté muy por debajo de la media de los últimos cinco años. Así lo constata la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que en su parte semanal de embalses indica que en la misma semana del año pasado la situación era de 5.582 hectómetros cúbicos y el 74,4%, mientras que el promedio de los años 2006 al 2010 resulta ser de 4.612 hectómetros cúbicos.

Algunos de los embalses con más capacidad de almacenamiento y cuya agua es vital para las comunidades de regantes del norte de Aragón están en porcentajes muy bajos. Es el caso de Yesa, en el río Aragón, que ya está a menos del 40% de su capacidad (el año pasado en estas fechas estaba al 74%). Ocurre lo mismo en el embalse de Mediano, en la cuenca del Cinca. Está en estos momentos al 24% de su capacidad, cuando hace un año se encontraba al 60%.

En la actualidad, el agua embalsada se encuentra por debajo de la cifra del pasado año y no supera el promedio de los años 2006 a 2010, mientras que el mínimo del último lustro en esta semana corresponde a 2006, con 3.162 hectómetros cúbicos. En el eje del Ebro, los embalses están al 66,2% de su capacidad, con 1.525 hectómetros cúbicos de los 2.304 de aforo total, tras disminuir globalmente un 1,6% en esta última semana.

En la margen derecha, el nivel de la cuenca es del 51,3%, con 319 hectómetros cúbicos de los 622 que puede albergar en su totalidad, tras disminuir un 1,8% esta semana. Los pantanos de la margen izquierda se encuentran a un nivel ligeramente superior, al 55,9% de su capacidad, con 2.563 hectómetros cúbicos de los 4.581 de su capacidad total, tras bajar su volumen en la última semana un 1,9%.

La situación hidrológica en los próximos días continuará con esta tendencia descendiente, debido a las escasas precipitaciones, un clima extremadamente seco y un aumento de la demanda de agua por la campaña de riego, aunque empezará a haber restricciones a partir del próximo 16 de agosto en el sistema de riegos del Alto Aragón para poder terminar sin problemas la temporada.