A las dudas sobre el proyecto, los sustos sobre los sucesivos planes de viabilidad de Arcosur y las incógnitas sobre su urbanización se ha sumado una nueva preocupación para los futuros vecinos del nuevo barrio: la escolarización de sus hijos. Porque se unen dos circunstancias que no vaticinan un panorama alentador. Por un lado, los vecinos que ocupen sus pisos a partir de la próxima primavera, según los plazos previstos, no podrán hacer constar Arcosur como domicilio para optar al colegio más cercano. Y por otro, la falta de previsiones para la construcción de un centro escolar en la zona.

La familia de Carlos Piñedo es una de las tantas que está viviendo con incertidumbre el comienzo del nuevo curso. Tiene una niña de tres años que actualmente cursa primero de Primaria y acude al colegio Montessori. "Vamos a ir a vivir a Arcosur y no podemos escolarizar a la niña en un centro cercano porque, cuando comience el proceso, no podemos justificar por medio del censo o del catastro que habitamos allí", indica.

Saturación

Y no solo eso, dado que cuando por fin pueda hacerlo se encontrará con la saturación de los centros escolares menos alejados. "El más cercano es el de Montecanal, que no da más abasto, y que está a poco más de un kilómetro de mi parcela", asegura. "Comentaron que igual nos asignaban el de Rosales, casi a tres kilómetros de mi parcela. No sé qué hará la DGA para solucionar el problema", añade. En principio, el Ejecutivo autonómico no prevé hacer una excepción en la escolarización con los futuros vecinos de Arcosur.

Pero el problema que más preocupa tiene un horizonte más amplio y es que no hay una previsión para construir un centro escolar en el barrio. "El panorama para este curso es muy negro", asegura María Carmen Muro, madre de un niño de 6 años. "Nos gustaría tener algo de seguridad de lo que va a pasar en el futuro. Poder tener un centro cercano, si no es para este curso, para el siguiente", relata. "Podría estar construido en 15 meses", relata.

De momento, la Consejería de Educación solo contempla la construcción de un centro a medio plazo, cuando se sumen más vecinos, ya que por el momento se prevé que haya unos 150 niños en el barrio en la primera fase de entrega de las viviendas. La entrada de parejas jóvenes hace prever, no obstante, que esta cifra aumentará pronto.