La riada controlada del río Ebro provocada por las fuertes trombas de agua y el deshielo en el Pirineo leridano ha obligado a cerrar los dos pasos de barca abiertos al público e impide la navegación a motor por el río Ebro, informa la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

La semana pasada el Ebro registró una gran crecida, con un desembalse de 1.000 m3/s, por lo que los agentes turísticos, los consistorios que promocionan la navegación fluvial y los técnicos encargados de luchar contra la mosca negra, por ejemplo, esperaban el fin del episodio para normalizar la situación.

No obstante, ello no ha sido posible y la situación de emergencia creada en el Alto Pirineo ha obligado a la CHE a efectuar un desembalse preventivo de 1.400 m3/s en el sistema de pantanos que regulan el Ebro catalán.

Las principales consecuencias de la nueva riada han sido el cierre de los dos pasos de barca operativos en el río, el de Flix y el de Miravet, y la prohibición de la navegación a motor.

Además, el agua ha inundado algunos embarcaderos fluviales, como los de Móra d'Ebre y Flix.