Dos arqueólogos se incorporaron ayer a las tareas de búsqueda del cuerpo de Pilar Cebrián en el antiguo nevero situado a escasos 200 metros de la casa de Ricla donde, presuntamente, su marido la asesinó y descuartizó. Los expertos --uno especialista en excavaciones y enterramientos y el otro en neveros, según destacaron fuentes policiales-- determinaron que los trabajos ya habían alcanzado el estrato correspondiente a hace dos años, por lo que no continuarán las indagaciones. Los huesos hallados, aparentemente de animales, se han llevado a Madrid para su análisis.

El nevero es uno de los cinco lugares que fueron marcados como más probables en el informe que el doctor José Ramón Valdizán remitió al juzgado que instruye la causa --el de Violencia sobre la mujer número 2 de Zaragoza--, tras la prueba de la verdad practicada a Antonio Losilla el pasado mes de diciembre. La Policía ya los ha rastreado todos, por ahora sin éxito, pero tras el levantamiento del secreto judicial sobre la prueba ha vuelto a este, para trabajar sin el inconveniente de la discreción.

De hecho, a la búsqueda se incorporaron estas semana una treintena de agentes de Zaragoza y Madrid y Bomberos de la DPZ, entre otros efectivos. El nevero es utilizado desde hace años por los vecinos como vertedero, por lo que hasta ahora los investigadores han hallado, mayoritariamente, desperdicios. La Policía no descarta retomar la búsqueda en otros lugares.