Más medievales que compradores

Tres culturas y tres días. El mercado medieval de Zaragoza cerró ayer sus puestos hasta el próximo año. Alrededor de 230.000 personas, según los organizadores, han visitado las aldeas medievales.

Desde la organización cierran el fin de semana con una "valoración positiva porque se han cumplido las expectativas". No dicen lo mismo los comerciantes que lamentaban que este año "se ha vendido la mitad" y, alguno, está pensando si volver al año que viene.

Gabriel Granados es propietario de un puesto artesanal de bisutería. Este año ha vendido "un tercio" comparado con el 2013. "Viene mucha gente, pero compran muy poco y estamos al límite de que nos salga rentable", explicaba.

El día gordo para los comerciantes fue el sábado por la tarde. Ayer por la mañana también se vendió, pero no lo suficiente. El viernes el fútbol hizo daño y con un arranque tan flojo "es difícil recuperarse", decía Granados.

El puesto de Félix Puerta, Sabor Norte, se hace nota desde lejos gracias al olor de sus quesos y embutido. Aunque está repleto de gente, "se paran para probar y luego no compran". Israel Moyangas no para de servir un mojito detrás de otro en la plaza San Bruno. Aún así "han bajado mucho las ventas".

Recreaciones

Para amenizar el paseo y el trabajo de los comerciantes están los medievales con sus recreaciones. Rodeados de gente que baila al ritmo de los tambores y hace fotos sin parar, han sido más fieles que nunca a la cultura y la historia. Y eso se ha notado porque donde había un medieval, había una veintena de personas reboloteando a su alrededor.

Desde la ventana de su casa, Rosa Navaz controla la plaza San Bruno. "Ha venido mucha gente y el ambiente ha sido muy bueno", asegura mientras mira el ir y venir de gente en la plaza.

Los mirones que recorren las casetas le dan un sobresaliente al mercado. Por tres razones: su variedad, su organización y ambiente.