Salir de España está siendo la solución de muchas personas que ven que no encuentran trabajo y que el subsidio por desempleo ya lo han gastado. Unos dejan amigos, familia y una forma de vivir, mientras que otros vuelven a la situación que decidieron abandonar porque la tierra de oportunidades ha dejado de serlo.

Es el caso de Jesús, un zaragozano de 41 años que prefiere mantenerse en el anonimato, ha decidido irse a trabajar a Reino Unido. Por su edad no es uno esos jóvenes que, con un título que certifica una licenciatura, decide ir a aprender inglés o a formar parte de una gran firma internacional. Él ha conseguido trabajo como maquinista. "Decidí irme porque me salió una muy buena oferta y aquí no me daba ni para comer", asegura.

Su empleo es para tres meses, pero el tiempo es lo que menos le importa, ya que su intención es encontrar allí algo porque "al menos, me pagan más que lo me dan en España por el paro. Me sale más rentable irme allí a vivir", mantiene este hombre que llevaba seis meses en paro.

Nada más llegar tendrá que hacer un curso de adaptación para obtener un carnet que le permita ser maquinista. Podría considerarse una traba más, pero para Jesús la situación actual es tan negativa que todo se ve como una oportunidad. De hecho, resalta que "en España no existe ese tipo de de cursos de formación y adaptación".

Jesús lo tiene claro, la solución está fuera del país. Ante ello, anima a todos los que están en su misma situación que no se queden en un sillón sentados, que busquen ofertas porque salen. "La mía la conocí a través de Eures", apostilla.

Este mismo flujo también lo viven los que un día se fijaron en España para comenzar todo de cero. El ecuatoriano Junior es uno de ellos. A sus 44 años decidió en mayo de este año hacer la maleta para volver a su país.

La fórmula es sencilla, señala, te acoges al retorno voluntario en el que dejas en Extranjería tu tarjeta de residencia y durante cinco años no puedes regresar a España.

Junior confía que cuando la economía mejore pueda coger un avión con destino Zaragoza. "Si no tenemos trabajo y nuestros seres queridos están en nuestro país, es lógico que abandonemos este sueño por una temporada", asevera

Estos movimientos migratorios también lo están sufriendo los colectivos como la Asociación Latinoamericana que dirige Soledad Villanueva, que ve como sus miembros se reducen. Ninguno de ellos mira atrás.