TEMA DE PORTADA

La brecha de género en FP disminuye levemente en Aragón: "Que no hubiera más chicas me motivaba"

Tres estudiantes aragonesas demuestran que cursar ciclos formativos de las familias STEM, donde las mujeres representan el 22% del alumnado, también es cosa de chicas

La brecha de género en FP disminuye en Aragón levemente.

La brecha de género en FP disminuye en Aragón levemente. / SERVICIO ESPECIAL

Laura Rabanaque

Laura Rabanaque

La brecha de género es una realidad en la formación profesional en Aragón donde solo el 22% del alumnado de los ciclos formativos de las familias STEM son mujeres frente al 78% de hombres, según los datos del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón. Las chicas son todavía una minoría en las FP más tecnológicas, con mayor demanda de empleo hoy en día, aunque "se van dando pasos poco a poco", asegura el jefe de Servicio de FP del Departamento de Educación, Óscar Sánchez.

"Desde el curso pasado, la presencia femenina en aquellos ciclos formativos que tienen consideración de STEM se ha incrementado un punto, lo mismo que el curso anterior, pasando del 21% al 22%", indica. Una leve subida que se traduce en 200 nuevas alumnas.

Otro dato significativo es que en el último SpainSkills, las olimpiadas de FP celebradas hace dos semanas en Madrid, la medalla de oro de Peluquería la ganó un chico, y la medalla de bronce de mecanizado, una chica. "Nos estamos encontrando que en determinados estudios hay cada vez más mezcla, pero seguimos con esa distancia", apunta Óscar Sánchez.

Las mujeres representan el 22% del alumnado en la mitad de los ciclos formativos de FP en Aragón.

Las mujeres representan el 22% del alumnado en la mitad de los ciclos formativos de FP en Aragón. / NURIA SOLER

Conscientes de la necesidad de incorporar talento femenino, el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón lleva a cabo distintas acciones de orientación para revertir la situación y atraer a más estudiantes hacia la FP, un tipo de formación que ha evolucionado mucho en las últimas décadas y que incluso sirve de "trampolín" para acceder a los grados universitarios.

"Este año hay en Aragón 24.000 personas matriculadas en FP, casi las mismas que en grados universitarios, y al año que viene se superará esa cifra con la ampliación de plazas y fondos previstos. De estos, 12.500 están matriculados en ciclos formativos de la rama STEM", comenta Sánchez.

"Siempre me habían gustado las motos y me llamaba conducir, así que me apunté a carrorecía"

Roxana Silva nunca hubiera imaginado cuando salió de su pueblo, Cetina, para ir a estudiar a Zaragoza que acabaría ganando la medalla de oro de Aragón Skills 2023 en la prueba de pintura del automóvil. "Siempre supe que la FP era la solución porque la universidad no me llamaba y prefería algo más manual, pero nunca había pensado estudiar algo así", explica esta joven de 22 años alumna del IES Miralbueno. 

Al acabar la ESO, lo tenía bastante claro: "Me gustaban las motos y me llamaba conducir, así que empecé con el grado medio de Carrorería y Pintura y luego decidí seguir con el superior de Automoción, en el que estoy ahora, porque me gustó y en todos los trabajos te animan a que te lo saques», cuenta. No obstante, su familia sí tuvo algunas dudas: "Al principio me dijeron que a dónde iba, que no sabía dónde me metía, aunque mi madre siempre me ha apoyado. Tenían miedo de que no volviera a estudiar, pero ahora están bastante contentos y ven que hice bien".

Roxana Silva en una de sus prácticas de pintado de automóvil del grado medio de Carrocería.

Roxana Silva en una de sus prácticas de pintado de automóvil del grado medio de Carrocería. / SERVICIO ESPECIAL

El año que empezó el grado medio había otra chica en su clase más mayor que ella que se acabó yendo y se quedó sola, aunque no fue un problema. "El que no hubiera más chicas era algo que me motivaba, estar ahí y demostrar que todos podemos", cuenta Roxana, que se muestra orgullosa de que este curso haya tres alumnas en el grado medio de Carrocería y otras tres en el de Electromecánica. 

La joven nunca se ha sentido discriminada ni en clase ni haciendo prácticas, aunque cree que hay aspectos que se pueden mejorar, como la talla de la ropa o que solo haya un vestuario para cambiarse. "Al final una se acostumbra. Esa es la cosa, adaptarse y aguantar", dice. Para conseguir que otras se animen a seguir sus pasos, ve necesario dar visibilidad a referentes femeninos en estas profesiones y desmitificar que son solo para hombres: "Yo me siento una más. Se me da bien y por mi parte no me pongo límites", concluye la joven.

"Visitar un centro de FP cuando estaba en el colegio me animó a elegir mecanizado"

El padre de Kelly Lysmery Zelaya es carpintero, y ella siempre tuvo claro que quería seguir sus pasos y trabajar en algo relacionado con la construcción y la creación de objetos. Fue en una visita que hizo con el colegio a un centro de FP para conocer las instalaciones y las profesiones que se impartían de electricidad, soldadura y mecanizado, donde descubrió su vocación. "No tenía claro si estudiar soldadura o mecanizado. Al final me apunté a mecanizado porque mi mejor amiga también se apuntó", recuerda la joven sobre su elección.

Con 18 años, Kelly cursa este ciclo de grado medio en la modalidad de FP Dual en el CPIFP Corona de Aragón de Zaragoza, donde ella y su amiga son las únicas alumnas en una clase de 40. A lo largo de este segundo año realiza prácticas en una empresa que fabrica marcos de aluminio para ventanas a la vez que estudia. "Esto nos permite adquirir experiencia, nos aporta algo de dinero y nos ayuda en los estudios. De hecho, nos hacen un test para asociar las clases con lo que vemos en la empresa", explica sobre las ventajas de esta formación.

Kelly Lysmery Zelaya cursa grado medio de Mecanizado en la modalidad de FP Dual.

Kelly Lysmery Zelaya cursa grado medio de Mecanizado en la modalidad de FP Dual. / SERVICIO ESPECIAL

Frente a la idea de que el mecanizado es un oficio de hombres, la joven asegura que no ha tenido ninguna dificultad en cuanto al esfuerzo y trabajo en la fabricación de piezas, tanto de forma manual como por control numérico mediante máquinas automatizadas. "Antes de apuntarme me decían que era un trabajo pesado pero no me decían por qué. Es un trabajo pesado en el sentido psicológico, no de fuerza física. En realidad, el primer día de clase un profesor nos dijo que cualquiera puede aprender, lo importante es la experiencia", cuenta la joven, que tuvo el apoyo de su familia a la hora de realizar estos estudios.

A punto de acabar el grado medio, Kelly se plantea seguir estudiando el Grado Superior de Mecatrónica el curso que viene porque "las empresas lo piden"; y "si es posible, trabajar y estudiar a la vez".

"En desarrollo de aplicaciones ha aumentado el número de alumnas, pero sigue habiendo pocas"

A Cristina Ventura su afición por los ordenadores desde que era una niña le llevó a estudiar un Grado Superior de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma en el Centro San Valero al acabar sus estudios de Bachillerato en 2015. "Mis padres me compraron uno de juguete cuando era pequeña, y también me gustaban mucho los juegos de construcción y los videojuegos", cuenta la joven de 29 años sobre el origen de unos hobbies que con el tiempo se convirtieron en su profesión. 

Cuando empezó el ciclo formativo estaban dos chicas en clase, pero al cabo de dos meses ella era la única estudiante. "Al principio me sentí un poco acongojada, tenía algún compañero con algún pensamiento un poco arcaico pero lo ignoraba", recuerda , y recalca que "por parte de los profesores y del resto de sus compañeros nunca hubo ningún problema ni trato sexista".

Cristina Ventura se ha especializado en Big Data e Internet de las Cosas tras hacer un grado superior.

Cristina Ventura se ha especializado en Big Data e Internet de las Cosas tras hacer un grado superior. / SERVICIO ESPECIAL

Tras esta primera experiencia en la FP, Cristina decidió dar el salto a la universidad para estudiar Ingeniería Informática pero el covid la interrumpió. Lo dejó para volver al mercado laboral con un programa de formación dual de la Cámara de Comercio alemana sobre Big Data en Balay, y más tarde comenzó con un Programa de Especialización en Transformación Digital e IoT (Internet de las Cosas) en el Campus Digital de FP de Aragón, donde estudia actualmente mientras realiza prácticas en una empresa.

"El tándem que he hecho de Big Data e IoT, que son dos caras de una misma moneda, me ha abierto bastante las puertas, porque son tecnologías punteras y tengo bastantes posibilidades de que me lleguen ofertas de empleo si no me quedo en la empresa en la que estoy haciendo prácticas", explica. 

Lejos de sentir discriminación, Cristina asegura que la diversidad es algo muy valorado en las empresas tecnológicas. Por eso anima a otras mujeres a estudiar ciclos formativos como el que ella hizo, donde "en las últimas promociones ha aumentado el número de alumnas, pero siguen siendo pocas. Hay un cambio de tendencia, pero no va a ser de sopetón", apunta.

Para que vaya a más, considera necesario realizar acciones desde la educación básica, desde Primaria, para que "elijan lo que elijan lo hagan con toda la información, dando visibilidad a estas profesiones y mostrándoles que también son para ellas". Y es que visibilizar referentes femeninos es importante "al cien por cien", asegura la joven, que ha participado en dos ocasiones como voluntaria en el Woman Techmakers (WTM) Zaragoza, evento organizado por Mulleres Tech.