La negociación de los presupuestos del 2018 entre los grupos de izquierda aparentemente no será tan tortuosa como en los dos años precedentes. O al menos así se desprende de las intervenciones que ayer tuvieron en el pleno de las Cortes de Aragón el presidente de la DGA, Javier Lambán, y la portavoz de Podemos, Maru Díaz.

El líder del Ejecutivo agradeció la «buena predisposición» de la formación morada tras el relevo de Pablo Echenique de la secretaría general del partido y la llegada de Nacho Escartín. «Nuestra relación es manifiestamente mejorable tras los dos últimos años», dijo.

Por su parte, Díaz recordó que el apoyo que se le brindó al PSOE en la investidura fue para «algo más» que para revertir los recortes iniciados por el PP, por lo que pidió un mayor compromiso en el cumplimiento de los acuerdos. Citó a las cuidadoras, a los bomberos forestales, a los médicos rurales o a los zaragozanos que tendrán que abonar el ICA como algunos de los afectados por la falta de compromisos económicos. «Le pido que se siente con nosotros para detallar un presupuesto que en los últimos dos años se ha quedado un poco corto», aseguró.

Aunque ni desde la DGA ni desde el resto de partidos de izquierda se han establecidos plazos para el diálogo, por lo pronto la diputada de Podemos se mostró «dispuesta a escuchar». La primera prueba del nueve será la votación de un techo de gasto que Lambán ya consideró «perfectamente calculado». Además, pidió recuperar el observatorio del pacto de investidura.

CRÍTICAS DESDE EL PP

Por su parte, desde la bancada popular se consideró la gestión del Ejecutivo «desaparecida». El presidente del PP, Luis María Beamonte culpó a Lambán de «abandono institucional» y de «incongruencias». El socialista le pidió que abandone «la visión cortoplacista» y le acusó de estar más interesado en lograr la presidencia de la Cámara de Cuentas para su partido que por los aragoneses.