La gestión de la concejala de Derechos Sociales, Luisa Broto, es una de las pocas que sale airosa. Sin olvidarse de que las políticas sociales del Gobierno de Lambán han servido de oxígeno al ayuntamiento, se ha trabajado por mejorar la atención en los centros municipales, esenciales para atender las necesidades de los ciudadanos que acuden en busca de ayuda. La buena sintonía entre Broto y su homóloga en la DGA, María Victoria Broto, ha permitido que la prestación de los servicios esenciales haya ido mejorando poco a poco. No se puede decir lo mismo si se habla de las políticas para el fomento del empleo, para el retorno de los jóvenes o, incluso, las de igualdad, de las que se ha hablado poco y se ha conseguido menos. Lo mismo ha sucedido con el plan de comercio de proximidad, sobre el que apenas se ha avanzado. En materia de Vivienda, Pablo Híjar ha conseguido redactar muchos proyectos y borradores pero le sigue faltando lo esencial: el acuerdo político y el dinero para llevarlos a cabo. Además del edificio comunitario de Las Fuentes, en el aire sigue su Plan de Inversiones de Vivienda 2018-2023 que requiere de 72 millones de inversión. c. g. s.