Síguenos en redes sociales:

INICIATIVA CULTURAL

La biblioteca de Emilio Gastón, patrimonio común de los aragoneses

La familia ha cedido sus casi 4.000 volúmenes a las Cortes de Aragón

La biblioteca de Emilio Gastón, patrimonio común de los aragoneses

La extensa biblioteca de Emilio Gastón, con casi 4.000 volúmenes que conformaron el pensamiento de quien fue el primer Justicia de Aragón de la democracia y diputado constituyente, ha sido cedida a las Cortes de Aragón, para formar parte del patrimonio común de todos los aragoneses.

Está compuesta por ejemplares de un valor excepcional y con gran interés cultural para Aragón. Los primeros se remontan al año 1710 y los más recientes son del 2017.

Se trata de libros, publicaciones, diccionarios y mapas entre los que se encuentran obras singulares como Crisis legal y breve noticia de los Fueros Privilegiados de Aragón (1710); un ejemplar numerado de Los encuentros del Nobel de literatura Vicente Aleixandre; primeras ediciones de obras de Joaquín Costa y libros jurídicos escritos por políticos del siglo XIX como Emilio Castelar o Pi y Margall. Pero también cuenta con obras más recientes de autores aragoneses como Ismael Grasa, Félix Romeo o José Antonio Labordeta.

En la capilla de San Martín del palacio de la Aljafería, la viuda de Gastón, María Carmen Gascón, firmó ayer la cesión en depósito a las Cortes de esta biblioteca, que mantiene así su «unidad» y se hace accesible a toda la ciudadanía, convirtiéndose en «un bien común para todos los aragoneses», afirmó. «Cuando falleció y yo me fui de nuestra casa, en la que Emilio vivió 50 años y yo 30, una de mis primeras preocupaciones fue mantener ese ambiente y esa atmósfera de la biblioteca», precisó.

Lo ha conseguido con la cesión de una biblioteca que tiene sentido «en bloque» y que expresa «la forma de ser y vivir de una familia aragonesa que ya en los siglos XVIII y XIX se implicaba políticamente con altruismo y rigor profesional».

María Carmen Gascón se refirió a los antepasados de Emilio Gastón, a su bisabuelo, abuelo y padre, quienes, cada uno en su época, compartieron intereses y empeño por la vida política.

El que fue el primer Justicia de Aragón de la democracia, además de poeta y político, falleció en enero del 2018, a los 83 años, pero la biblioteca, que según palabras de su viuda le hizo mejor persona, continúa «viva».

La colección incluye libros en griego y latín, otros sobre derecho aragonés que sin duda le ayudaron a ser mejor «representante de los aragoneses»; revistas satíricas del XIX y libros prohibidos bajo el franquismo que «tanto le costó conseguir».

Pulsa para ver más contenido para ti