En los próximos meses tocará guardar en el álbum del recuerdo la fotografía que hoy tenemos de la plaza de Miguel Salamero, ya que se transformará en un gran espacio peatonalizado. El Ayuntamiento de Zaragoza tomó la decisión de convertir la plaza y las calles que discurren desde ella hasta el Coso y César Augusto.

La idea de ser la primera supermanzana de la capital aragonesa genera dudas entre los comerciantes. «No sé cuánto tiempo pueden durar las obras, en principio afectará para mal, luego quizá para bien», comenta Juanjo Frej, gerente de la tienda Veronés. «Siempre que siga funcionando una parte del parking», ya que subrayó que «para nosotros lo fundamental es el parking».

En Comercial Algodonera, un establecimiento con más de 64 años de historia, se enteraron ayer por la mañana por los medios de comunicación. «En principio la idea no es mala, la sensación es que habrá más gente, pero no sabemos lo que tardarán en hacerlo, si el parking seguirá existiendo, qué calles peatonalizan... no tengo ni idea», expresó Rosa Gil. Otros, como en el caso de la papelería El Viejo Pupitre, ni siquiera conocían la noticia y las preguntas les pillaban desprevenidos.

Los vehículos que circulaban la tarde del martes, lo hacían por la vía limitada a 30 kilómetros por hora, que pasará a 10 kilómetros para la circulación de los coches de los residentes. También circulaban y estaban estacionadas algunas motos, como la de Javier. Este zaragozano opinó que en la reconversión de la plaza deberían dejar entrar las motos, «será un problema porque limitan y quitan espacio a las motos», lamentó.

El nuevo proyecto prioriza al peatón, algo que a María y Luis, una pareja que paseaba por la tarde a su perro, les parece bien. «Todo lo que sea peatonalizar es positivo», dijeron.

Hasta el desalojado quiosco de flores Aznar, ahora traspasado a la plaza Paraíso, se acercaron varios curiosos. Uno de los vecinos se sorprendía ante el cierre del quiosco y también por el futuro cambio de la zona. «No sé hasta qué punto esto puede tener consecuencias para el tráfico», dijo.

«Mientras hay obras, todo son quejas, y luego cuando lo vemos, nos parece bonito», comentó por su parte Amelia, que pasaba por la plaza.

También hay a quien las novedades no le convencen. «Esta es una zona que da facilidades para aparcar en el centro, no hay motivos para peatonalizarla», comentó por último David, de IberOro.