No queda mucho tiempo. Los locales vacíos y las persianas bajadas proliferan sin remedio por las calles de la capital aragonesa, y los expertos alertan: si no se ejecuta un plan de urgencia para ayudar al comercio y que fomente la creación de nuevos negocios «los cierres vendrán en avalancha».

Durante la anterior crisis, del 2009 al 2015 se perdieron en Zaragoza 1.400 negocios en las principales vías de la ciudad (de 8.500 se pasó a 7.100). Así, hace cinco años, la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios (Ecos) tenía contabilizados casi 2.000 locales vacíos en 111 vías estudiadas. Desde entonces hasta ahora, el goteo de cierres se había ralentizado, pero con la llegada del covid se ha vuelto a disparar. «Todavía es pronto para evaluar el número de cierres definitivos que va a haber, pero si no hay ayudas al comercio minorista el cuarto trimestre puede ser muy malo», explica Vicente Gracia, secretario general de Ecos.

Precisamente, entre octubre y las rebajas de enero algunos sectores acumulan el 60% de su facturación. Y este año, con el consumo a la baja y el temor permanente a los rebrotes y al confinamiento, la «incertidumbre» se ha hecho con los autónomos y los pequeños empresarios.

En el mapa de Ecos, tres zonas aparecen señaladas en rojo: Delicias, Las Fuentes y San José. Los barrios tradicionales están siendo los más golpeados por la crisis y, si antes eran las calles secundarias las que concentraban el mayor número de locales vacíos, las vías principales ahora también están afectadas por este problema. Los carteles de se alquila y se traspasa surgen como setas en otoño. Y en otras zonas la situación se repite: en la calle Cortes de Aragón, por ejemplo, las persianas bajadas se suceden una tras otra.

En el sector inmobiliario ya están notando el aumento de locales en oferta en estas zonas, aunque no solo. En el centro, en calles como el Paseo Damas, León XII y Alfonso también «hay varios inmuebles significativos e importantes» que están vacíos en estos momentos, según explica el responsable del departamento de retail de GTI, Andrés Ibáñez.

«En los últimos años, en barrios como Las Fuentes o Delicias había bastantes vacíos en calles secundarias, pero las arterias principales mantenían el pulso. Pero ahora también empieza a haber muchos establecimientos disponibles en lugares como la calle Delicias o Compromiso de Caspe», asegura Ibáñez. Con respecto a la crisis anterior hay una diferencia sustancial: si entonces la repercusión del crack financiero se prolongó mucho en el tiempo, «ahora los negocios han pasado de 100 a cero en pocos meses, de facturar algo a no facturar nada», dice este experto en el sector.

Y en los precios comienza a notarse ya también una bajada de los mismos. Y no solo en el precio inicial de la oferta. «Cuando se cierran las operaciones los propietarios son muy flexibles y bajan todavía más el precio. Prefieren negociar y alquilar más barato que tener el local parado y vacío», explica Ibáñez.

EN LAS 'HIGH STREETS'

A pie de calle el cambio es ya notorio. «Da pena. Hace 10 años daba gusto pasear por Compromiso de Caspe, pero ahora han cerrado un montón de tiendas», explica María José Palú, que es dueña de un negocio de ropa en esta vía zaragozana. Palú indica que apenas hay nuevas aperturas, y las que hay son de comerciantes que han decidido trasladarse a un local más pequeño para disminuir los costes. «Antes un local vacío duraba nada. A los tres días ya estaba alquilado. Pero ahora no abre nadie nuevo», explica la comerciante.

La crisis provocada por la pandemia también ha hecho que bajen la persiana negocios que, aunque eran económicamente viables, ya no resultaban atractivos para sus dueños: «los que estaban a punto de jubilarse lo han adelantado. Para qué van a estar dos años más abiertos si no se mueve el asunto», esgrime Palú.

La situación, por otra parte, varía en función del tipo de operadores. En el centro, en las denominadas high streets (calles principales), se muestran algo más optimistas. Desde la consultora inmobiliaria CBRE, Miguel Ángel Gómez cuenta que «los precios todavía no se están viendo especialmente afectados» y define el panorama como una «afección temporal».

«Sí que está habiendo cierres pero las calles principales se mantienen bien. Independencia, calle Alfonso o Damas se salvan», explica. Además, opina que los locales que se queden vacíos ahora se absorberán rápido por el mercado. Las franquicias de restauración, por ejemplo, no paran de extenderse por la plaza España y las zonas de alrededor.