La llegada de Cataluña de 111 obras de arte en tres oleadas al Museo de Barbastro ha trastocado el esquema de funcionamiento de la sala de exposiciones diocesana. El valor artístico de las piezas recibidas, que han permanecido en el Museo de Lérida largas décadas hasta que una sentencia judicial sentó que pertenecían a varias parroquias oscenses, es tan elevado que se hace necesario «dar un giro muy grande» al espacio que las acoge desde el pasado marzo.

Así lo indicó ayer Ángel Noguero, director del museo barbastrense, que afirmó que, pese a que «resulta complicado», se hará una «pequeña muestra» con unos 25 objetos de arte sacro recuperados, con la vista puesta sobre todo en «los que no se van a exponer en el museo y que se deben restaurar porque están en malas condiciones».

En la misma exposición, que girará sobre todo en torno a las pinturas, habrá piezas que no serán objeto de restauración, así como «alguna de las buenas», de entre las más de 20 que tienen consideración de bienes de interés cultural (BIC). También figurará uno de los candelabros recobrados, dado que en el conjunto devuelto por el museo leridano había numerosos artículos litúrgicos.

"Hacerse una idea" del conjunto

Serán en total en torno a 25 obras, precisó Noguero, que subrayó que dar a conocer las 111 «es imposible». «Se trata de que los interesados se hagan una idea de lo que se ha recuperado, en particular, como he dicho, de piezas que no estarán expuestas», dijo.

En ese listado, algunas de las obras de importancia secundaria necesitan una restauración.

Ángel Noguero, que también es vicario general del Obispado de Barbastro, explicó que no existe una fecha concreta para la celebración de la exposición.

Por el momento, las obras entregadas por el Museo de Lérida a raíz de una sentencia de la Audiencia de Huesca siguen «en periodo de adaptación», ya que «la madera necesita un tiempo de aclimatación».

Proceder con calma

«Se trata de tener un poco más de paciencia», comentó el director de la sala de exposiciones del Somontano. «Al fin y al cabo ha costado 26 años recuperarlas y no pasa nada por tardar un mes más», agregó. «Es cuestión de hacer las cosas bien, con tranquilidad y sosiego», recalcó.

Las piezas catalogadas como BIC serán las que se colocarán en los mejores lugares del museo, donde tienen reservados espacios que ya se concibieron con la vista puesta en su vuelta a Aragón tras permanecer largas décadas en las reservas y en las salas de exposición del Museo de Lérida.