Protagonizó una persecución de película a más de 200 kilómetros por hora por las sinuosas calles de Pedrola en diciembre del pasado año para tratar de evitar su detención en un macro dispositivo policial contra el tráfico de drogas en la comarca de la Ribera Alta. No lo consiguió, pero José Manuel S. B. no solo puso en peligro a los vecinos de esta localidad zaragozana, sino también a los policías nacionales y guardias civiles que participaron en el operativo, resultando heridos varios de ellos. Una forma de actuar por la que la Fiscalía Provincial de Zaragoza solicita 6 años y medio de prisión como autor de los delitos de atentado a agentes de la autoridad, otro de lesiones y uno de conducción temeraria. La Abogacía del Estado se adhiere a dicha solicitud.

Una acusación del ministerio público a la que se unirá, cuando finalice la instrucción, la causa principal por tráfico de drogas que fue el origen de todo. Fue detenido junto a tres personas más en el marco de la operación Nidal-Fullatre que reveló una supuesto entramado de tráfico de drogas en establecimientos hosteleros en Pedrola en los que se dispensaba cocaína y se blanqueaba dinero. Los agentes intervinieron 1.001,93 gramos de cocaína en la vivienda del cabecilla; 15 dosis de cocaína preparada para su venta en el domicilio de uno de los detenidos de Tauste; numerosos elementos para la preparación y venta de esta sustancia y 11.309 euros en efectivo, intervenidos casi en su totalidad en el domicilio del responsable de la red.

Pero antes de que tenga que responder por todo ello, José Manuel S. B. se sentará en el banquillo por su actitud huidiza.

Relata la Fiscalía que el encausado, defendido por la abogada Carmen Sánchez Herrero, fue objeto de seguimiento por varios vehículos policiales camuflados quienes interceptaron su vehículo, dando el alto al investigado en repetidas ocasiones tras identificarse como Guardia Civil. «El encausado hizo caso omiso a sus indicaciones y dirigió su marcha hacia con el fin de arremeterle con su vehículo, lo que el agente pudo evitar con una rápida maniobra evasiva, no sin impedir ser alcanzado con la aleta y retrovisor izquierdos, resultando herido», señala.

Asimismo relata que en el transcurso de la persecución policial, a consecuencia de que el acusado no respetó la señal de ceda el paso cuando circulaba por la calle Teruel, un guardia civil tuvo de realizar un brusco frenazo para evitar la colisión con un tercer vehículo, sufriendo por ello un impacto con el volante que le ocasionó policontusiones. Por otro lado, un policía nacional sufrió lesiones al colisionar con un bordillo de la acera el vehículo policial que conducía.

Pese a todo ello, José Manuel S. B. fue detenido no sin antes abandonar a su bebé y a su esposa en un campo, tal y como adelantó en su día este diario. Con ellos a bordo realizó dicha conducción temeraria.

Homicido

Tanto el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Zaragoza como el Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón estaban detrás de estas personas por diferentes informaciones. De hecho, durante el transcurso de la investigación, uno de los integrantes de la supuesta red, J. M. M. E., estuvo a punto de morir tras ser apuñalado en el cuello. Su agresor, J. L. R. M., conocido como El Sevillano, fue detenido y está procesado por tentativa de homicidio. La primera consecuencia de ello es que el coche del sospechoso apareció ardiendo a la mañana siguiente. Todo fue por un ajuste de cuentas derivado de la venta de drogas.