La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) reanudó ayer los trabajos de construcción del túnel de conexión entre los ríos Jalón y Grío, que llevaban interrumpidas varios días tras la denuncia, presentada por el Ayuntamiento de Morata de Jalón el pasado 3 de agosto, de que junto a las obras se había producido un vertido contaminante que había teñido de rojo el agua, lo que indicaba la presencia de metales ferruginosos.

El organismo de cuenca manifestó que la depuradora «ya está en funcionamiento» tras ampliar la instalación con el fin de tratar correctamente los vertidos que bajan al río Grío. Los trabajos han consistido en la dotación de nuevos depósitos, de tal forma que se garantice que las aguas que van a parar al cauce no presenten sustancias contaminantes.

El vertido que coloreó la escasa corriente del río Grío desató la alarma tanto en Morata como en otros pueblos ribereños del Jalón y la entidad ecologista Jalón Vivo denunció que la contaminación suponía un grave riesgo para la fauna ictícola así como para distintas especies de aves.

En su respuesta, el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón indica que la denuncia del consistorio de Morata de Jalón «se ha trasladado al organismo competente en materia de inspección y control de las condiciones ambientales impuestas».

Es decir, el documento se ha remitido a la Confederación Hidrográfica del Ebro y a la Dirección General del Agua, organismos dependientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Respuesta ambigua

«La respuesta que hemos recibido de la DGA no es ni sí ni no», afirmó ayer Luis Velilla, alcalde de Morata de Jalón, localidad junto a la cual se construirá un azud para derivar el agua hacia el Grío a través de un canal subterráneo de 12,6 kilómetros de largo de los que se han construido alrededor de cuatro en la actualidad.

Velilla protestó por el hecho de que la Confederación Hidrográfica del Ebro no se haya dirigido hasta la fecha para comunicar la situación, en referencia a los vertidos. «No hemos recibido ningún oficio ni escrito en los que el organismo nos explique lo que ha ocurrido ni lo que piensa hacer», continuó.

Por su parte, SEO BirdLife y Jalón Vivo, las entidades que recurrieron ante la Justicia la construcción del embalse de Mularroya, manifestaron ayer que están estudiando la «posibilidad de plantear acciones penales» por la presunta «comisión de un delito ecológico».

Según ambas entidades, las obras de perforación del túnel , al igual que las del embalse de Mularroya, que fueron declaradas ilegales por una sentencia de la Audiencia Nacional el pasado mes de abril, carecen de una balsa de decantación, lo que constituiría «una irregularidad más».

En cuanto a la denuncia penal que se está sopesando, iría dirigida contra las empresas de la UTE que construye el túnel, Sacyr y Acciona, así como contra la Confederación Hidrográfica del Agua.

Ante esta situación, tanto SEO BirdLife como Jalón Vivo han pedido a la Audiencia Nacional que proceda a la ejecución provisional de la sentencia, debido a que los trabajos, que están completados en torno a un 85%, continúan adelante al margen de las decisiones judiciales en su contra.

Miedo a otro Algarrobico

En este sentido, ambas entidades ecologistas se dirigen a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y a Hugo Morán, secretario de estado de Medio Ambiente, «para que tomen cartas en el asunto».

En el fondo, en las organizaciones conservacionistas late el temor de que el embalse de Mularroya se eternice en los tribunales de justicia, como ocurre con el hotel Algarrobico, ilegalmente construido en el cabo de Gata, y la urbanización de lujo de Valdecañas, en un embalse situado en Extremadura. Desde su punto de vista, lo que llevó a las autoridades aragonesas a presionar para recurrir la sentencia fue que se exponen a un complejo y costosísimo proceso de indemnizaciones y devolución del paraje a su estado originario.

Pero también pesó en esa decisión la opinión mayoritaria entre los beneficiarios del embalse de que la obra debía seguir adelante para garantizar el futuro de Valdejalón