Todos los peajes del tramo de la autopista AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell –y por extensión hasta El Vendrell– son ya gratuitos. Esta misma medianoche se ha levantado la barrera del pago en todos los accesos a la vía, materializando por fin el éxito de una reivindicación de más de tres décadas de historia en las carreteras aragonesas para frenar el reguero de accidentes en la N-2, la carretera nacional contigua a la autopista. La liberalización de la infraestructura llega con el término de la concesión a la empresa Abertis, que finalizó ayer, aunque el hito se adelantó a la hora y las barreras se alzaron en torno a las 21.30 horas de la noche.

La noticia, conocida desde hace tiempo pero que recorrió todo el territorio nacional ayer, cuando se liberalizaron oficialmente varias autopistas de la red estatal, se recibe con expectación entre usuarios, hosteleros y trabajadores aragoneses. Y es precisamente eso, expectación, porque lo que es una «excelente noticia» también genera «cierta incertidumbre» y escepticismo. 

No obstante, lo primero para todos los responsables municipales de los municipios que se sitúan junto a la AP-2 es reconocer que se ha dado un gran paso. «La noticia es absolutamente positiva. Lo que más nos interesa es que se deshaga el embudo de la nacional. Llevábamos muchos años pidiéndolo y ha muerto muchísima gente, algo que es traumático y triste», piensa Mercedes Abós, alcaldesa de Pina de Ebro. De hecho, es precisamente en estos pueblos donde más se ha sufrido por la N-2. En Osera de Ebro, por ejemplo, muchas familias cuentan con trágicos accidentes entre sus integrantes. Son las historias detrás de una carretera que se ha cobrado 30 fallecidos en tan solo ocho años. 

Soro recuerda que la DGA se opone a cobrar por el uso de las autovías

El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón, José Luis Soro, consideró que es un día «feliz» por estar en la víspera de que finalicen los peajes en la autopista AP-2 Zaragoza-El Vendrell, «pero es un día ensombrecido por la amenaza de que en unos años tengamos que pagar por el uso de unas infraestructuras que ya hemos pagado con nuestros impuestos», para expresar el rechazo del Ejecutivo autonómico a que se cobre por el uso de las carreteras.

Para Soro, «es injusto que se adopte esta medida para el conjunto de España, pero, más si cabe, en el caso de Aragón, donde supone un agravio sangrante». Según explicó, «arrastramos un déficit de inversiones en carreteras del Estado de décadas». Además, criticó que se plantee el pago en las carreteras «justo» cuando «por fin» se va a liberar el peaje de la AP2, «dando una alternativa segura al tráfico de la N-II» a su paso por la comunidad autónoma. El consejero reclamó, a su vez, una mayor inversión.

En las localidades que se sitúan a la vera de la autopista, desde Alfajarín hasta Fraga, el sabor que queda es agridulce. «Nos alegramos más que nadie en el mundo porque se reducirán los accidentes en la N-2, pero van a surgir nuevos problemas», explica Enrique Gómez, alcalde de Osera de Ebro. 

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FOTOGALERÍA | La AP-2 entre Zaragoza y el Vendrell ya es gratuita tras levantar las barreras. ANDREEA VORNICU

En general, se conviene en decir que liberalizar la autopista era un remedio, pero ni mucho menos la solución. «Lo ideal hubiera sido la creación de una autovía, como en el resto de los tramos», señala Carmen Costa, alcaldesa de Fraga. Otros piensan que la autopista «no podrá absorber todo el volumen de tráfico», o que faltarán aparcamientos y lugares donde pernoctar para los camioneros. La hostelería local también se verá resentida. «Muchos dejarán de trabajar en los restaurantes de carretera y eso forzará un aumento a la despoblación», cree Enrique Gómez. La opinión general coincide en señalar que sus clientes son «fieles», aunque también se cree que «será una lotería» que la reducción del tránsito afecte o no cada negocio.

Las barreras de la AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell se abrieron antes de la medianoche.

Las barreras de la AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell se abrieron antes de la medianoche. ANDREEA VORNICU

Preocupaciones

La lista de afecciones que podría generarse es larga. Los trabajadores que dejarán de hacerlo en los peajes –si bien es cierto que el impacto en Aragón será mínimo–, la duda sobre quién será el órgano gestor, cuándo mejorarán las condiciones de la N-2.

Tampoco mejoran los visos en el aspecto económico. Los municipios contiguos a la autopista también recibirán un golpe económico. Dejan de percibir los ingresos por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), algo que supone cerca de 30.000 euros para Osera de Ebro, 60.000 para Bujaraloz, 160.000 para Pina de Ebro o más de 300.000 para Fraga.

Una de las mayores preocupaciones para estos municipios es que, ahora que se ha dado este primer paso las promesas de mejora en la N-2 no caigan en saco roto. Con unos accesos y salidas que tienen tan mal aspecto como una elevada peligrosidad, estas localidades no tienen una entrada atractiva para los viajeros de la autopista. «Exigiremos las mejoras para proteger nuestros negocios», destaca Darío Villagrasa, alcalde de Bujaraloz. 

62 muertos en una década

Las cifras que arroja la N-2 en cuanto a las víctimas mortales contabilizadas en accidentes en esta vía es rotunda. Es una de las carreteras más peligrosas de la red estatal y de la que más siniestros viales cuenta. Lo demuestra el hecho de que se ha cobrado 30 vidas en solo ocho años. En los últimos diez años, la N-2 ha sido testigo y causa de 709 accidentes en los que se murieron 62 personas.

El último siniestro con víctimas se producía en Candasnos, el pasado 31 de julio de este mismo año, cuando un hombre fallecía en un choque entre dos camiones. El año pasado, pese a la situación propiciada por el covid-19, los confinamientos y la reducción del tráfico, se contabilizaron siete, tres de ellos en un solo accidente ocurrido en Osera. En 2019, otras siete personas fallecieron en accidentes en la carretera nacional. Y entre 2014 y 2018, hubo 16 muertos en accidentes.

Con la consecuente bajada del volumen del tráfico, la carretera nacional gozará de todavía menos labores de mantenimiento, por lo que su estado empeorará. «Con una N-2 en perfecto estado de revista se podrían reducir mucho las afecciones que causará la apertura de la autopista», comenta Villagrasa. 

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Sin embargo, la realidad es que las barreras del pago se han levantado esta medianoche y todavía es pronto para conocer el alcance del nuevo escenario. De momento, la apertura a la gratuidad de la autopista se celebra con cautela. pero se celebra, que ya es algo.