La consejera de Salud del Gobierno aragonés, Sira Repollés, ha asegurado hoy que la decisión de su departamento en relación a las fiestas del Pilar y del resto de festejos que se celebran en octubre se tomará en función de los datos, de la situación hospitalaria y de la evolución de la incidencia, pero ha advertido al tiempo en que la seguridad de la población es prioritaria.

Repollés ha hecho esta afirmación a los medios de comunicación tras realizar una visita junto al presidente de la Comunidad, Javier Lambán, a las distintas obras que se llevan a cabo en el Hospital San Jorge de Huesca.

Ha confirmado que el próximo jueves se celebrará una junta local en la que se decidirá la pertinencia o no de autorizar las fiestas en los municipios de la región en octubre, entre ellas las del Pilar de Zaragoza, pero ha resaltado a renglón seguido que en el caso del coronavirus "hacer pronósticos a largo plazo no lleva a buen puerto".

Ha destacado a este respecto que el mes de septiembre se plantea "complicado" debido al proceso de vuelta de vacaciones y de comienzo del curso escolar, y no ha descartado un posible repunte de la pandemia por estos motivos.

Tras recordar que durante el mes de julio se produjo una ola no esperada en Aragón, la consejera ha insistido en que aunque la incidencia marca en la actualidad una tendencia a la baja, no se puede "bajar la guardia".

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"Nos movemos en escenarios inestables por lo que es difícil tomar una decisión, que se tomará en el departamento basándonos en la evidencia, los datos y siempre poniendo por delante la seguridad de la población", ha insistido la responsable política.

Respecto a la posibilidad de suavizar las actuales restricciones dada la evolución positiva de la incidencia del coronavirus, ha destacado que tomarían la decisión en función de los distintos indicadores.