La Universidad de Zaragoza abre el telón el próximo miércoles a un nuevo curso académico en el que, por encima de todo, se quiere recuperar el escenario prepandemia. Todo dependerá de la situación epidemiológica en Aragón y se mantendrán varias medidas de seguridad, pero la institución apuesta por olvidar, desde el punto de vista educativo, la crisis del covid y ofertar una máxima presencialidad posible. Ante un escenario de casi normalidad, el campus público podrá abordar este curso tareas pendientes que, aunque han seguido en la sombra, han quedado solapadas mediáticamente por el coronavirus.

Por ejemplo, el nuevo acuerdo de financiación con el Gobierno de Aragón está en el horizonte más inmediato. Más pronto que tarde ese convenio debe llegar y, aunque las reuniones y los contactos han seguido en los últimos meses, de momento no se ha concretado de forma definitiva porque el dinero depende de los presupuestos de la DGA para el próximo año. A la Universidad de Zaragoza le urge ese contrato programa con la DGA porque de él depende gran parte de su sostenibilidad económica, más aún cuando la pandemia ha generado situaciones sobrevenidas que han llevado a la institución a tener más gastos. Se desconoce la cantidad que manejan ambas partes, pero el rector José Antonio Mayoral ha pedido en varias ocasiones que la cantidad financiada se incremente.

Filosofía encara su último curso en obras

También es un año académico especial para las obras de la Facultad de Filosofía y Letras, que encaran su última etapa con el objetivo de recibir a sus primeros alumnos en curso 2022-2023. Los trabajos avanzan a buen ritmo y todo apunta a que los plazos se cumplirán.

Entre otros retos, la Universidad de Zaragoza ve muy necesaria la reforma de la ley de Universidad que ya ha iniciado el Gobierno de España, lo que permitirá modernizar la gobernanza en este tipo de instituciones. Más en el terreno, el campus aragonés mantiene su apuesta decidida por la investigación, a la que prevé dotar de más dinero, y también en la internacionalización tiene uno de sus puntales. El proyecto de Unita, la universidad europea, se concibe como una gran oportunidad.