La Feria de Zaragoza regresa a la vida presencial. Miles de personas vuelven a recorrer los pabellones y pasillos del recinto de muestras situado en la carretera de Madrid, que dio esta martes el pistoletazo de salida a la quinceava edición de Figan, la feria internacional para la producción animal. Las instalaciones recuperan el pulso, el ambiente de compras y la alegría tras permanecer prácticamente cerradas durante casi 20 meses al no poder acoger grandes certámenes profesionales por culpa de la pandemia. La vuelta a la normalidad llega además con uno de los eventos con más peso de su calendario ferial, que cuenta con la presencia de 827 expositores procedentes de 27 países.

La capital aragonesa se convierte estos días en el epicentro del sector primario de España y el sur de Europa. Lo hace un gran escaparate de maquinaría, equipamientos y soluciones que ofrecen las innovaciones tecnológicas más novedosas y vanguardistas para la alimentación, el bienestar y la sanidad animal. Todo ello se da cabida en un salón expositivo que ocupa 72.549 metros cuadrados en los pabellones 5, 6, 7 y 8.

Figan, que se celebra con carácter bienal –cada dos años–, es un fiel testigo del salto tecnológico que ha dado este sector. Prueba de ello son las 37 novedades y mejoras técnicas que presenta, 13 de ellas presentadas por empresas aragonesas. Otro de los grandes atractivos es la presencia de animales vivos, una seña de identidad de esta feria que, en esta edición, acoge 750 cabezas de ganado de las principales razas de ovino, bovino y caprino.

Una edición atípica

«No tenemos una feria, si no un ferión», destacó Manuel Teruel, presidente de la Feria de Zaragoza, en la inauguración del certamen ganadero acompañado por el presidente de Aragón, Javier Lambán, y el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona.

No cabe duda que la de este año es una edición «especial» y atípica que ha logrado salir adelante a pesar de las dificultades que emanan de la crisis sanitaria, que ha obligado a cambiar hasta en tres ocasiones las fechas para su desarrollo. «Era muy importante que se celebrase este año para que siguiera siendo bienal y no perder el marchamo de ser la feria más importante del sector», recalcó Teruel.

Por todo ello, el presidente de la Feria ensalzó el trabajo y esfuerzo del comité organizador por el mérito haber hecho realidad Figan 2021 a pesar de las adversidades del contexto actual, en el que persisten las limitaciones por la pandemia y los «vuelos están limitados». «Nos sentimos muy orgullosos. Cumpliendo las normas sanitarias, tenemos que empujar la economía», subrayó.

La vuelta de Figan también representa el regreso del turismo de ferias y congresos a la ciudad de Zaragoza, cuyos hoteles vuelven a contar con unos elevados índices de ocupación gracias a esta cita ganadera. No es de extrañar teniendo en cuenta los diversos acentos y idiomas que ayer se podían escuchar en el salón, donde el 40% de los expositores vienen del exterior y visitantes acreditados procedentes de más de 80 países. 

El impacto económico se estima que rondará los 150 millones de euros, una cifra destacable pero que queda lejos de los 250 millones de su última edición de 2019, cuando se superaron los 72.000 visitantes, que fue una cifra récord. La afluencia esta vez no se prevé tan masiva con el contexto actual, pero las expectativas comerciales son elevadas. «Se nota menos gente, pero los que hay vienen con ganas de comprar», aseguraban desde una de las marcas expositoras.

Dos realidades: auge del porcino y crisis del ovino

Por su parte, el presidente de Aragón resaltó la importancia de una actividad ferial que contribuye a «dinamizar la economía», sobre todo la hostelería y el turismo, que es un sector «estratégico» para este territorio. También lo es, agregó, la actividad agropecuaria y agroindustrial, que tienen en Figan «una palanca formidable de impulso y desarrollo». En este sentido, recordó que Aragón «produce alimentos para diez o doce veces más habitantes de los que tenemos la suerte de vivir en esta comunidad».

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No obstante, la realidad de la ganadería es muy dispar. Las explotaciones intensivas no paran de proliferar, sobre en porcino y avícola de puesta, mientras que la vertiente extensiva está en regresión, especialmente el ovino. El propio consejero Olona reivindicó este martes un mayor apoyo para esta cabaña a través de la PAC. «No soy muy optimista de que lo consigamos, pero seguiré insistiendo porque la situación es crítica», aseveró. 

La presencia aragonesa es muy destacada entre los expositores que se dan cita en Figan. Suponen el 13% del total. Entre ellos destaca Tatoma, de Monzón, un fabricante de maquinaria agroganadera, que presenta en la feria varios modelos de mezcladoras para alimentación de ganado rumiante. «No nos está yendo mal pese a la pandemia. Tenemos avances tecnológicos y las exportación está subiendo», Jesús Simón, responsable de exportación para Asia y Pacífico de la compañía.