La crisis sanitaria del covid-19 ha marcado el día a día de los profesionales de la abogacía durante el último año. Una actividad que no ha parado en ningún momento y que se ha ido adaptando a las circunstancias. De esta manera, el decano del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza (Reicaz), Antonio Morán, explica que «aunque la asistencia presencial ha sido complicada en algunos momentos, se ha mantenido la atención a los ciudadanos y profesionales, al igual que se ha mantenido la labor de asesoramiento y defensa de todos los que la han demandado», como la asistencia a los detenidos. Un servicio que no se ha visto interrumpido a pesar de las restricciones establecidas por las autoridades. 

La situación generada por la pandemia ha obligado a que se estén generando diversas reformas legales que, aunque deberían haberse abordado hace tiempo, es en este momento cuando se están teniendo en cuenta y tal y como explica el decano, «esperamos que estas medidas necesarias en la Administración de Justicia no se lleven por el mecanismo de limitar el acceso de los ciudadanos a los tribunales». 

En la actualidad se ha vuelto a la formación presencial, mucho más dinámica y participativa

Los tribunales cesaron prácticamente toda actividad, a excepción de actuaciones judiciales de carácter urgente en la jurisdicción penal, y esta situación se sumó a la paralización de los procesos judiciales que se venía dando antes de la pandemia y cuyas consecuencias se siguen percibiendo en la actualidad. 

En el momento en el que se advirtió que se podía retomar la actividad presencial en los tribunales, la abogacía española reclamó que se pudiera volver a los juzgados, manteniendo siempre las medidas que garantizaran la seguridad sanitaria. Antonio Morán indica que «en esos momentos detectamos excesivas reticencias, reticencias inexplicables ya que establecimientos comerciales estaban abiertos al público mientras que la mayoría de administraciones públicas permanecían cerradas».

Actividad en el colegio

Los abogados, al igual que otros profesionales, también se han visto afectados por la pandemia. Precisamente por este motivo, desde la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Zaragoza se realizaron varias convocatorias de ayudas asistenciales de especial necesidad a las que concurrieron todos los colegiados que, debido a la crisis sanitaria del covid-19, pasaron una difícil situación. 

El Colegio de Abogados no ha parado su actividad. En un principio fue necesario adoptar una serie de medidas restrictivas, pero en todo momento se siguieron ofreciendo los servicios del colegio a profesionales y ciudadanos. Tanto es así que se continuó con la actividad formativa gratuita y a través de conexiones telemáticas. A pesar de que la formación online tuvo una gran aceptación, en la actualidad se ha vuelto a las acciones formativas de forma presencial, ya que resultan más dinámicas y participativas, además de evitar barreras a quien no dispone de medios tecnológicos adecuados. 

MIRADA AL FUTURO

El decano del Colegio de Abogados de Zaragoza, Antonio Morán, ha querido recalcar que durante el confinamiento y los peores meses de la crisis sanitaria del coronavirus, «hubo mucho trabajo aunque no se viera» para garantizar no sólo la atención sino el derecho de los ciudadanos a la Justicia. Y en esa misma línea se plantea ahora el futuro. «La abogacía no se puede detener mientras haya que asistir a los ciudadanos para ayudarles a resolver sus problemas», asegura Morán, que reivindica las medidas que sean necesarias para una justicia muchos más eficaz. «En la sociedad, sobre todo durante estos últimos meses, se ha evidenciado la confianza de los ciudadanos en el sistema judicial y no podemos defraudarlos con procesos lentos y tortuosos», ha añadido el decano del Colegio de Abogados de Zaragoza.