Los recintos portuarios tienen que ser motores de la actividad económica y ejercer al mismo tiempo un efecto tractor sobre la industria, pero también deben de ser un referente en la lucha contra el cambio climático, la digitalización y priorizar un crecimiento en el que convivan en perfecto equilibrio y armonía con su entorno. Compatibilizar cuidado medioambiental y desarrollo económico es posible.

La nueva terminal norte de contenedores del Puerto de Valencia, el primer puerto español y el quinto de Europa en cuanto a tráfico total de contenedores, es una clara muestra de ello. Esta obra, que se ubicará en las aguas interiores de la ampliación norte del Puerto de Valencia que fueron acabadas en 2012, será un auténtico motor de crecimiento y recuperación económica para el país, y situará a la autoridad portuaria, que mantiene relaciones comerciales con un millar de puertos de 168 países diferentes, a la vanguardia mundial en lo que a sostenibilidad se refiere. Una infraestructura que modernizará y posicionará al Puerto de Valencia como hub estratégico al servicio de las empresas aragonesas.

El plan proyectado por TIL/MSC convertirá esta infraestructura en un verdadero espacio verde, con un 98% menos de emisiones de CO2, gracias a la electrificación del 98 % de los componentes motrices e instalaciones de la terminal, cuya electricidad procederá en un 100% de fuentes renovables. Del mismo modo, las obras que harán de este proyecto una realidad se someterán en todo momento a un riguroso control y seguimiento ambiental, como todos los proyectos que lleva a cabo el Puerto de Valencia, con el firme objetivo de conseguir la meta 2030, cero emisiones.

En esta línea, la apuesta por la intermodalidad y el impulso de una terminal ferroviaria, la inversión en fuentes renovables como la energía eólica y fotovoltaica, la implantación de proyectos con hidrógeno en las instalaciones, la digitalización de equipos y operaciones o el diseño de edificios con criterios de eficiencia energética son sólo algunas de las acciones que la autoridad portuaria ha implementado en los últimos años para transformar las instalaciones portuarias valencianas en todo un ejemplo en la lucha contra el cambio climático, a la vanguardia en la consecución de la tan necesaria descarbonización.

Esta infraestructura verde se suma a todas las iniciativas que está llevando a cabo el Puerto de Valencia para ser ejemplo en la descarbonización y la lucha contra el cambio climático del sistema portuario. Electrificación, hidrógeno, fotovoltaicas, energía eólica, y por supuesto, apuesta por el ferrocarril para reforzar Valenciaport con el Corredor Mediterráneo, el eje Central o el Corredor Cantábrico. Precisamente, la Autoridad Portuaria de Valencia, en su compromiso con este eje estratégico está apoyando con 100 millones de euros la conexión ferroviaria entre Valencia-Teruel-Sagunto, la adecuación de vías para poder acoger trenes de hasta 750 metros de longitud o el acceso ferroviario al puerto de Sagunto.

Motor de crecimiento económico

La crisis del covid-19 ha revelado el papel fundamental de los puertos en el mantenimiento de las cadenas de suministro y ha puesto de relieve la eficiencia de este medio de transporte, que abarca, según la Organización Mundial del Comercio (OMC), el 90% del comercio a nivel. No se puede obviar, por ello, el rol dinamizador de estos ‘puentes’ marítimos en la recuperación económica sostenible y la necesidad de seguir estrechando lazos para sostener la actividad económica, que sigue expandiéndose sin cesar a nivel internacional.

En este contexto, el Puerto de Valencia, que ya se encuentra a más del 70 % de su capacidad máxima, debe asegurar y reforzar su posición como puerto hub estratégico para seguir cumpliendo su misión de mejorar la competitividad del tejido empresarial de su área de influencia, y atraer inversiones que impulsen la prosperidad de la sociedad. Los aproximadamente 1.400 millones de euros -400 públicos y más de 1.000 privados- destinados a la nueva terminal se traducirán en un importante crecimiento económico, tanto durante su construcción como tras su posterior puesta en marcha.