Especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Casetas han investigado a un vecino del barrio zaragozano de Garrapinillos como presunto autor de un delito contra la fauna silvestre al causar la muerte de un ejemplar de gavilán común.

La Benemérita ha explicado en una nota de prensa que este ave --Accipiter nisus-- se encuentra incluida en el Anexo del Real Decreto 139/2011, que desarrolla la Relación de Especies del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 8 de noviembre, cuando especialistas del SEPRONA recibieron un aviso en el que les comunicaban que una vecina del barrio de Garrapinillos había recogido un ejemplar de gavilán común herido en un ala, bajo unas higueras situadas en la linde de un campo próximo a su domicilio.

Trasladados al lugar, los agentes se hicieron cargo del animal, trasladándolo al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca, donde determinaron la extrema gravedad de las heridas, provocadas por el impacto de un proyectil en el pectoral derecho, que lo hacían inviable para su recuperación.

Ante estos hechos los especialistas del SEPRONA iniciaron una investigación, comprobando que la tarde anterior se había llevado a cabo en esta finca labores de control de palomas por daños a la agricultura.

Arma no autorizada

Los agentes comprobaron, durante la realizaron de la inspección ocular del lugar, que en el mismo se encontraba una tercera persona cazando, utilizando para ello un arma larga de aire comprimido provista de mira telescópica, la cual se encuentra prohibida para su uso en el deporte cinegético, por lo que fue propuesto para sanción y se le decomisaron tanto el arma, como la munición, que fueron depositadas en la Intervención de Armas de la Guardia Civil de Casetas.

Continuando con las pesquisas, los especialistas comprobaron la identidad en el tipo y tamaño de los proyectiles existentes, tanto en el cadáver del animal, como la de los cartuchos utilizados en esta actuación.

Por todo esto, el pasado 18 de noviembre, los especialistas del SEPRONA procedieron a la investigación del responsable del control de las palomas como presunto autor de un delito contra la Fauna Silvestre, previsto en el artículo 334.1a, del Código Penal, que contempla penas de prisión de seis meses a dos años, multas e inhabilitación especial para el ejercicio de la caza a aquellos que cacen o destruyan especies de fauna silvestre.

Las diligencias fueron entregadas en el Juzgado de Guardia de Zaragoza y las muestras de proyectiles obtenidas remitidas al Laboratorio de Balística del Servicio de Criminalística de la Dirección General de la Guardia Civil para su análisis.

Cartucho que mató al gavilán Guardia Civil