La subida del precio de los combustibles, que ha generado un rápido encarecimiento de los materiales de construcción, está afectando al gremio de reformistas, compuesto por pequeñas y medianas empresas de albañilería que ahora deben adaptarse a una situación cambiante y a un mercado inestable.
Sin embargo, aseguran las compañías del sector, el aumento de los costes no se ha traducido en una pérdida de clientela ni en una reducción de las obras que llevan a cabo.
«Al contrario, hay muchísima demanda aunque, en poco tiempo, los precios se han encarecido un 30% de media», comenta Juan del Baño, de La Tienda de Juan.
Escasez de buenos albañiles
Pero los materiales no son el único factor que se ha disparado. «La mano de obra ya subió un 20% el año pasado, en gran medida porque hay escasez de buenos albañiles con experiencia», indica Del Baño, que precisa que, en su caso, «el cliente tiene que esperar entre cinco y seis meses hasta que empieza la obra en su casa».
«Han subido todos los materiales, desde los suelos laminados a la carpintería exterior de PVC o aluminio», reconoce Javier Omella, de Adapta y Reforma, que rehabilita viviendas en Zaragoza y en otras partes de Aragón.
«Lo peor de todo es que, a raíz de la guerra en Ucrania, los precios de nuestros proveedores oscilan de un día para otro, de manera que cada vez resulta más complicado fijar el presupuesto de reforma de un piso», explica.
En algunos casos, subraya, «el plazo de validez del cálculo de los costes solo dura 24 horas, cuando, hasta hace no mucho, el compromiso se mantenía durante meses».
Los clientes no se echan para atrás
Con todo, los clientes no se echan para atrás, asegura Fernando, socio de Omella. «Cuando el propietario o propietaria de una vivienda está decidido a hacer una reforma, no cambia de parecer así como así, aunque suba el presupuesto, ya que se trata siempre de decisiones muy meditadas».
«El aumento de precio va a afectar a todas las actividades, no solo al gremio de reformistas, es algo que tenemos que aceptar los profesionales y el público en general», advierte Jorge Martín, responsable de Chezmar Consultoría, también especializada en las reformas.
Desde su punto de vista, pese a la inestabilidad económica, los presupuestos «deben darse cerrados tanto en la cantidad como en la calidad».
«Nosotros estamos intentando sujetar los precios que ofrecemos a los clientes, porque está habiendo muchos cambios en diferentes grupos de productos», explica Jorge Sorrosal, responsable de Marvi Cocinas y Baños.
Sorrosal explica que puede mantener «más o menos» los precios que se vienen ofreciendo hasta ahora «gracias a los acuerdos comerciales concertados con algunos de los proveedores» de su empresa.
Hubo ya una subida a principios de año, que entra dentro de lo habitual, explica el responsable de Marvi. Pero ahora, debido a las tasas energéticas temporales, algunas empresas están variando los precios.
La importancia de la vivienda
Curiosamente, el gremio de los reformistas se ha visto sorprendido por la subida de los materiales tras una época de crecimiento de su actividad. El coronavirus, que perjudicó gravemente a muchos negocios, fue en cambio beneficioso para su sector, ya que «la gente tomó una mayor conciencia del uso y la importancia de la vivienda», apunta Sorrosal.
Con todo, en su opinión, parece que la ola de reformas que se registró tras los confinamientos de la pandemia de covid-19, puede tener problemas para mantenerse mucho más tiempo. «Es cierto que en la clientela se percibe cierta inquietud con el aumento de los precios de las materias primas, los combustibles y los materiales», afirma.
«En el ambiente flota una sensación de incertidumbre y precariedad», añade. «Por suerte», subraya, «los especialistas en reformas de viviendas todavía estamos manteniendo la actividad comercial, que no se está viendo muy resentida».
