Hoy se cumplen once años del estallido del 15-M, la revuelta de los indignados que llenó las plazas de todas las ciudades de España clamando por una "democracia real ya", contra la corrupción de políticos y banqueros y denunciando la lejanía de una clase política que había decidido gestionar la crisis de 2008 con el tijeretazo a los servicios públicos.
Quienes les miraban con desdén pidiéndoles que llevaran sus reivindicaciones a la política posiblemente no hubieran adivinado lo que llegó después: el final del bipartidismo turnista, la exigencia de transparencia y la irrupción de nuevas formas de hacer política que se materializó en los llamados «ayuntamientos del cambio».
Once años después del 15-M, pasada la efervescencia de los primeros tiempos, conscientes ya de que no se puede "asaltar el cielo en un solo intento", los herederos de las plazas y los partidos y espacios de la izquierda tradicional siguen buscando la fórmula que les permita alcanzar el poder para "transformar" la sociedad.
Se acerca el fin de un nuevo ciclo electoral y ahora todos los ojos de la izquierda están puestos en la vicepresidenta Yolanda Díaz, que sigue postergando su proceso de escucha, mientras el ensayo del esperado «frente amplio» en las elecciones andaluzas dejó un ejemplo de confrontación que no se quiere repetir.
El frente amplio sigue verde en Aragón
No al menos en Aragón, donde el "frente amplio" sigue verde. Quienes tendrían que hacerlo realidad insisten en hablar de unidad y de evitar los errores del pasado, pero a un año de las elecciones no hay reuniones agendadas.
Zaragoza en Común (ZeC) intentará este martes una llamada a la "unidad" de toda la izquierda. "A la izquierda organizada, a los movimientos sociales y a los ciudadanos en particular", explica Pedro Santisteve, exalcalde de Zaragoza y concejal de ZeC, que coincidiendo con estas fechas quiere insistir en que "lo importante ahora es hablar, intercambiar opiniones y analizar las decisiones del pasado que la gente no ha entendido".
Podemos, Izquierda Unida (que forma parte de ZeC) y CHA están invitados formalmente a la cita para reiniciar una etapa de «ilusión» desde la izquierda en un momento de auge electoral de la derecha y la ultraderecha.
La coordinadora general de Podemos Aragón, Maru Díaz, insistió en dejar claro que «Aragón no es Andalucía». «Es un escenario casi imposible de extrapolar», comentó, en referencia a las dificultades para conformar la lista conjunta para las elecciones andaluzas, que acabó dejando fuera del registro oficial a Podemos, aunque finalmente la coalición ha llegado a un acuerdo para participar juntos en las elecciones.
En Aragón, señala Díaz, el objetivo «no es hacer una coalición de partidos, sino construir algo más ciudadano». «Tenemos que ser capaces de abrirnos a más actores y espacios», incidió.
De hecho, considera que el resultado final en Andalucía «no es un frente amplio». «Tenemos que abrirnos a la sociedad, configurar el mejor equipo posible con la idea de gobernar y, si puede ser, liderar el Gobierno para implementar políticas que mejoren los servicios públicos», añadió. «Si solo con la cartera de Ciencia y Universidad hemos podido bajar las tasas, crear nuevas becas... Con más peso en el Gobierno podríamos hacer muchas cosas más», insistió.
Santisteve considera clave hablar, primero, del «programa unitario, de qué proyecto de transformación queremos». «O ponemos sobre la mesa el debate del programa político, o el de las personas y las caras está muy manido y la gente está cansada», convino. Con el compromiso ético de dejar la política a los ocho años, asegura que «la decisión no está tomada», pero ya avanza que «hay que primar las caras nuevas».
"Recuperar la ilusión" de la izquierda
Ambos creen en que la izquierda debe «recuperar la ilusión». Movilizar a un electorado que ya no puede comprar el argumento de la transformación radical, porque todas las formaciones políticas acumulan ya experiencia de gobierno sin haberlo logrado. «O vamos hacia más democracia, o seguirán creciendo las opciones populistas y el espectro político cada vez se dirigirá más a la derecha», reflexiona Santisteve.
Lo que Díaz tiene claro es que el proceso de diálogo y escucha debe empezar. «Tenemos que aprovechar desde ya y hasta el otoño, salir al territorio, y no llegar tan al límite como en Andalucía para no volver a la gente loca sobre qué papeletas tendrá para votar», señala la líder de Podemos en Aragón. Eso sí, sigue volcada en «agotar la legislatura y concluir los proyectos en marcha».
Dentro de Podemos las heridas se han ido curando, y quienes fueron adversarias, la propia Díaz e Itxaso Cabrera, diputada autonómica que llegó a romper la disciplina de voto, han protagonizado un acto conjunto esta misma semana.
También IU muestra su cercanía con ZeC, de la que forman parte, con ruedas de prensa conjuntas. La ausencia de Podemos, con Fernando Rivarés (quien fuera concejal con ZeC) en la presentación del retrato del alcalde Santisteve, sin embargo, refleja que quedan asuntos por pulir. Falta un año para definir el rumbo de la izquierda en Aragón, que por ahora sigue lleno de incógnitas.
