La innovación es crucial para el futuro de Aragón. Tanto el Ejecutivo autonómico como el Ayuntamiento de Zaragoza están convencidos de que esta materia es el camino para impulsar un crecimiento económico sano y consistente. A ello dedican sus esfuerzos con proyectos y políticas que tratan de estimular esta transformación, según expusieron ayer en la primera mesa redonda de la jornada de Futuribles, que fue moderada por el subdirector de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Ricardo Barceló, y que contó también con la participación destacada de Telefónica.

«La fórmula de cómo conseguir la innovación ya está inventada desde los años 90, pero el engranaje no acaba de funcionar», aseguró Maru Díaz, consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento del Gobierno de Aragón, convencida de la necesidad de mejorar la alianza en este campo entre las administraciones, las universidades, las empresas y la sociedad civil. La primera palanca para mejorar, apuntó, es la inversión. En este sentido, destacó que la DGA ha incrementado un 35% el presupuesto para este fin en los tres últimos años y lo ha hecho además, dijo con «una hoja de ruta bien planificada».

Otra de las prioridades de la consejería que lidera ha sido mejorar la gobernanza de las políticas de innovación a través de un plan para el periodo 2021-2027, que tiene la «ambición» de movilizar 1.200 millones. «No podemos hacer innovación pensando que vivimos en Massachusetts, hay que pensar qué tejido productivo tenemos», explicó Díaz, que señaló que se prioriza la investigación en áreas como agroalimentación, nanotecnología y materiales avanzados –y sus posibles aplicaciones en la automoción y las renovables– o hidrógeno.

Una ciudad para invertir

Por su parte, Carmen Herrarte, concejala de Economía, Innovación y Empleo del Ayuntamiento de Zaragoza, destacó los «múltiples retos pendientes» que tiene la ciudad en este ámbito y el «esfuerzo» que está haciendo el consistorio para su impulso, con una política de «alfombra roja para todo el que quiera invertir». «Somos una ciudad muy sexy para las empresas», agregó.

«El ecosistema de emprendimiento municipal es sólido, con tres aceleradoras», destacó. «Una –precisó– es generalista y las otras dos las hemos reorganizado y especializado en la nueva economía». En concreto, ensalzó los buenos resultados de CIEM, que, en menos de diez años, ha generado 450 puestos de trabajo cualificados y 17 patentes registradas.

Para Herrarte, la mayor «debilidad» de Zaragoza se produce cuando los emprendedores «escalan sus proyectos». «Se nos van fundamentalmente a País Vasco y Madrid por las mejores condiciones fiscales», lamentó. Para transformar el tejido empresarial local, destacó programas como las ayudas a la digitalización del comercio, que han pasado de 200.000 a 2 millones de euros.

José Manuel Casas, director general de Teléfonica en Territorio Este, instó a intensificar la colaboración público-privada, «esencial para el desarrollo de la infraestructura necesaria para poder sobre ella todos los proyectos de la innovación». A este respecto, reclamó un mayor apoyo de la Administración para seguir extensión la fibra óptica, que todavía no llega al 35% de los hogares y pymes de Aragón.

El director general de Innovación y Formación Profesional de la DGA, Toni Martínez, señaló que en seis años ha crecido un 17% el número de estudiantes de FP en la comunidad y roza los 27.000, lo que supone que casi el 17% de los jóvenes entre 15 y 19 años cursan estos estudios, frente al 12,5% de España, pero lejos aún del 25% de los países de la OCDE. «Nos queda mucho trabajo, pero las cosas se están haciendo bien en Aragón», afirmó. En concreto, mencionó el Campus Digital A.0 que se ubicará en la sede de CEOE Aragón.