El Periódico de Aragón

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Calatayud y su historia

El 24 de junio del año 1120 Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y de Pamplona, conquistó la ciudad de Calatayud a los musulmanes

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Calatayud ha sido a lo largo de toda la historia de este territorio que hoy llamamos Aragón uno de sus enclaves de mayor importancia, tanto por su situación estratégica como por su importante población y economía. Una ciudad que tiene un pasado romano con ese poblado celtíbero que se alió con la Antigua Roma y que fue reconvertido en ciudad romana, especialmente a lo largo del siglo I d.C. durante el gobierno de los emperadores César Augusto y su sucesor, Tiberio. Por esas buenas relaciones se mantuvo la ubicación de ese antiguo poblado celtíbero de los lusones en un lugar un tanto difícil orográficamente, en los cerros de Bámbola y Santa Bárbara bajando ladera abajo hasta un estrechamiento del curso del río Jalón.

Esta ubicación planteaba serios problemas debido a los grandes desniveles que planteaba la ciudad y al problema con respecto al abastecimiento de agua a las zonas más altas de la urbe. Pero también fue todo un escaparate publicitario para las gentes que vivían o pasaban por la región, pues esos cerros se veían desde kilómetros a la redonda, debiendo ser una imagen impactante ver desde la llanura del río esa gigantesca mole del foro y del teatro destacando sobre el resto de Bílbilis.

Pero con la decadencia del Imperio romano esa ciudad fue abandonada paulatinamente hasta perder todo su gran esplendor, llegando con el tiempo a ser prácticamente desmantelada incluso a pesar de que está atestiguado cierto poblamiento en época medieval por una serie de enterramientos encontrados en la base de la plataforma del antiguo foro. Pero lo cierto es que la Calatayud actual, aunque deba su gentilicio a la ciudad romana, fue una fundación realizada por los musulmanes cuando llegaron e invadieron la península ibérica desde el año 711 y acabaron con el reino de los visigodos. Sabemos que los musulmanes tomaron el control del valle del Ebro hacia el año 714, así que tradicionalmente se ha dicho que Calatayud fue fundada prácticamente en esas fechas, lo que habría convertido a algunas de sus construcciones en las más antiguas hechas por los musulmanes en toda la península. De hecho su propio nombre proviene del árabe Qal’ at Ayyub. Qal’ significa «ciudad fortificada» o «ciudadela», mientras que Ayyub es un nombre árabe relativamente frecuente, así que se ha llegado a plantear que la ciudad fue fundada por orden de Ayyub ibn Habib al-Lajmí, emir de al-Andalus, hacia el año 716. Sin embargo, esta fecha sobre la posible fundación de Calatayud la contradice una fuente posterior que nos dice que fue el emir cordobés Muhammad I quien ordenó su fundación a la familia de los Tuyibíes que por entonces dominaban Zaragoza y todo el valle medio del Ebro, dando esa orden en el año 862.

Estudios arqueológicos de las últimas décadas han encontrado enterramientos islámicos como los del yacimiento de Valdeherrera, y los datos que han aportado es que son de mediados del siglo IX, por lo que parece confirmar que Calatayud no fue ocupada poblacionalmente hasta esa época retrasando la fecha tradicional del siglo VIII. Está la duda de si décadas antes de la urbe se construyó la primera versión de la fortificación que todavía hoy preside la ciudad bilbilitana desde las alturas, que es ese imponente castillo de Ayyub o castillo mayor (la ciudad llegó a tener todo un cinturón fortificado con varios castillos y bastiones).

Sea como fuere, Calatayud se convirtió en una de las ciudades más importantes de la región por su situación estratégica que controlaba el acceso desde la Meseta hasta el valle del Ebro a través del Sistema Ibérico, y también por su actividad económica, siendo muy importantes su producción cerámica y sobre todo la de cáñamo, del que se extraen hebras muy resistentes y flexibles dirigidas a la fabricación de sogas, especialmente para la industria naval.

Pero lo que poca gente sabe es que Calatayud llegó a formar brevemente su propio reino de taifa independiente. Cuando el Califato de Córdoba se desintegró en la primera mitad del siglo XI, surgieron reinos de taifa como el Zaragoza, al cual pertenecía Calatayud. Pero cuando uno de sus reyes, al-Mustaín I, falleció en el año 1047, su reino se disgregó entre sus hijos y uno de ellos, Muhammad ben Suleiman trató de crear su propio reino de taifa con capital en Calatayud. Fue un periodo breve que apenas duró hasta el año 1055, cuando otro de sus hermanos, al-Muqtádir, se impuso a todos y recuperó los dominios de su padre. Así continuó la historia bilbilitana, hasta que ya en el año 1120 y tras un largo asedio aderezado por la victoria aragonesa en la Batalla de Cutanda contra los almorávides que llegaban a rescatar a los asediados, Calatayud se rindió ante Alfonso I el Batallador y pasó a formar parte del reino de Aragón.

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