Había traído, supuesta e ilegalmente, 100.000 euros en efectivo desde su país y, para sacarlos de allí, había tenido que tintar los billetes con un producto que los hacía indetectables en los controles fronterizos. Ya en Zaragoza, se interesó por el traspaso de un establecimiento hostelero del barrio de Las Fuentes. Para cerrar el trato, necesitaba "lavar" los billetes para volver a ponerlos en el curso legal. Esto lo conseguiría por medio de unos productos químicos con los que había que lavarlos e instó al propietario del establecimiento a quedar en otro momento para hacerle una demostración de cómo hacer el proceso, citándose ambos al día siguiente.

Sin embargo, el propietario no cayó en la trampa y lo puso en conocimiento de la Policía Nacional, quien acabó sorprendiendo a este joven de 31 años con las manos en la masa y le detuvieron el pasado sábado como presunto responsable de la estafa conocida como "WASH & WASH" o timo de los billetes tintados.

La aparición de los agentes

A la hora citada, el estafador apareció en el bar portando un neceser en la mano. Tan sólo unos minutos después los agentes irrumpieron en el local en plena demostración del lavado, con un cuenco con agua donde estaba manipulando dos billetes envueltos en papel de aluminio con los presuntos productos reactivos químicos y portando consigo un taco de papeles tintados, simulando ser  también billetes, y dos frasquitos con líquido en su interior.

En ese mismo momento, los policías, procedieron a su detención como presunto autor de una tentativa de estafa e intervinieron todos los efectos que portaba para hacer la demostración.

El detenido, con numerosos antecedentes por hechos de la misma naturaleza, también tenía una orden de detención emitida por un Juzgado de la localidad madrileña de Móstoles. Pasó a disposición judicial el pasado domingo 24 de julio al juzgado de instrucción en funciones de guardia, quien decretó libertad con cargos.

Papel y líquidos incautados

Esta estafa es llevada a cabo por mayoritariamente por ciudadanos sub-saharianos.

¿En qué consiste este timo?

Siempre conlleva una primera cita en la que los estafadores contactan con la víctima explicándole que quieren realizar inversiones en España, interesándose por la compra de productos de alto valor o contratación de servicios o como en este caso un traspaso de negocio. Una vez seleccionado el producto y conocido el valor, al que nunca ponen pegas ni negocian, concretan las posteriores citas sobre las gestiones necesarias para llevar a cabo el acuerdo de compra, si bien en estas se le suele hacer saber al vendedor que el dinero del pago lo tiene que sacar de su país de diversas formas sin que se enteren las autoridades o ya lo han sacado, debido al régimen político existente o bien porque los billetes están marcados de alguna forma.

En posteriores reuniones el objetivo inicial del negocio se suele derivar hacia otro que les resulte más provechoso a los estafadores, siempre con el fin de confundir o despertar la codicia de la víctima.

El timo abarca tres modalidades, o bien transformar papeles blancos en billetes de curso legal mediante supuesto tintado; o bien “lavar” papeles negros o marcados y convertirlos en billetes de curso legal; o en última instancia tras convencer a la víctima de la rentabilidad del sistema, venderle a un precio muy caro los reactivos y utensilios necesarios para que pueda realizar la operación de transformación por si sólo o demostrar que con una simple reacción química se pueden obtener los billetes.

Finalmente y tras llegar a un acuerdo, en una de las citas se efectúa a la víctima la demostración del proceso de obtención de billetes, bien como pago inicial, bien como muestra de una forma sencilla de “lavado” de dinero, captando el interés para adquirir los productos capaces de convertir papeles en dinero o para aceptar el resto del pago en “billetes” en las mismas condiciones.

Tras aportar la víctima la cantidad acordada, los estafadores a la vista de la víctima elaboran un paquete con los billetes auténticos y los “marcados o negros” añadiendo productos químicos. Por otra parte, de forma oculta, el estafador elabora un paquete similar al anterior si bien este paquete contiene fotocopias de billetes o recortes de papeles. En un momento dado, el estafador “da el cambiazo” del paquete y le entrega a la víctima este último, diciéndole que, antes de la apertura debe guardarlo varios días. El estafador se marcha con el paquete que contiene los billetes auténticos aportados por la víctima y cuando ésta, días después abre el paquete entregado, únicamente encuentra los recortes o billetes falsos.