El Periódico de Aragón

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El verano y la ‘operación biquini’ reavivan los trastornos alimentarios en Aragón

La asociación TCA recibe más llamadas pero el «aluvión» será a finales de agosto / El 30% de los contactos ya son de adultos y crecen también los de hombres

La báscula y la imagen es una gran preocupación para las personas que sufren un trastorno de la conducta alimentaria. | EL PERIÓDCIO

Cada vez comienza antes la campaña que promueve que hay que estar delgado y guapo para lucir tipo en verano, lo que provoca que sea ésta la época del año donde los trastornos de la conducta alimentaria se «agravan» para el que ya lo padece porque «es el momento de mostrar el cuerpo». Esto en unos casos pero también es el momento donde comienzan porque «hay una campaña muy fuerte antes del verano con la cultura de la dieta y empieza a hacer mella», asegura Consuelo Alcalá, presidenta de la asociación Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA Aragón, teléfono 608243299). Estos meses, junto con los de Navidad, son los peores para los pacientes, que ven en las redes sociales y en la vida diaria como gente «está comiendo mucho en un restaurante superchulo y después en la playa supertestupendos», explica. Esto, a los adolescentes les «choca y hace mella poco a poco», pero no también a los adultos.

Las llamadas a la asociación empezaron a aumentar mucho durante el confinamiento pero es en verano cuando «cada año se nota el aumento». Quizá agosto menos porque «todos nos relajamos un poco, vemos que nuestro hijo o hija cena poquito, se prohíbe algunas cosas...» pero es a finales de agosto y principios de septiembre cuando «llega el bombardeo de llamadas» porque las familias se dan cuenta de que «no es que se esté cuidando sino que es algo más»: restringen alimentos, no prueban el dulce, hacen ejercicio de forma compulsiva y ante situaciones de «grandes comidas, ves que tu hijo lo pasa mal».

«El canon de belleza y el tanto pesas tanto vales está instaurado para todos» aunque es a los jóvenes a los que más afecta en principio

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También han notado en los últimos meses más contactos de adultos porque «el canon de belleza y el tanto pesas tanto vales está instaurado para todos» aunque es a los jóvenes a los que más afecta en principio. Hace unos meses, los contactos de adultos eran mínimos y ahora son el 30%, señala Alcalá. Sucede lo mismo por sexos, que las estadísticas señalaban que era el 90/10, pero ahora, «aunque no hay datos ya no es así porque ahora llaman también hombres y hombres de 50 años». Ese incremento en septiembre también se debe a que en agosto cierra el hospital de día de adultos por lo que muchas familias «ven que hay lista de espera» y necesitan apoyo.

Problema que se ve en la comida

En el caso masculino se está viendo un incremento de casos de anorexia porque están «muy volcados en el culto al cuerpo, machacándose con el deporte, que no deja de ser otro trastorno de la conducta alimentaria porque además empiezan a restringir alimentos», señala la presidenta de TCA Aragón. Porque la enfermedad no es un problema con la comida sino que «es mental pero se refleja en la comida»: una mirada de ansiedad o asustada ante una gran comilona pueden ser «factores que indican que algo pasa». Otro puede ser que «comienzan a andar mucho» pero no de una forma controlada puesto que aunque con el buen tiempo apetece, «lo normal es hacerlo durante media o incluso una hora, pero en estos casos son cuatro o más horas».

Alcalá señala que los trastornos se ven en muchas ocasiones como «un capricho» de verano pero no es así, sino que hay pacientes que «los ves con una chaqueta amplia porque no quieren mostrar su cuerpo y todo es a causa de la enfermedad».

Las familias son las que dan el primer paso y ahí se encuentran con la asociación, que guían cuando no se sabe donde acudir. Primero a Atención Primaria y allí es donde se realiza una analítica y es el médico de familia el que «deriva a salud mental o a las unidades de trastorno alimentario». También enfermos les contactan por redes sociales pero aquí derivan a la psicóloga del colectivo porque «hay que enfocarle apara que pida ayuda». El proceso de curación es «largo» y necesita de un abordaje multidisciplinar, en el que intervienen psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, educadores sociales, enfermeras, etc... «Es un proceso largo pero se sale», concluye.

Un proceso de cura «largo» con un primer año «brutal»

La presidenta de la Asociación del Trastorno de la Conducta Alimentaria quiere lanzar un mensaje positivo, ya que, asegura, los trastornos «se curan». Sin embargo también quiere ser realista y reconoce que «son procesos largos», no son de seis meses; se habla de «una media de cinco años», explica. En ese tiempo hay navidades y veranos pero si «está dado de alta no tiene que haber problemas», señala, y puntualiza que aunque el proceso puede durar un lustro, «el complicado es el primer año porque es muy estricto en pautas alimentarias, los psicólogos tienen que trabajar mucho y los pacientes desnudarse para ver cómo se ha llegado a esta situación». El resto «no es tan brutal como el primer año» pero tampoco es «una recuperación lineal porque hay altibajos».

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