El Periódico de Aragón

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LOS DISPARADOS PRECIOS DE LA ENERGÍA

Los administradores de fincas, convencidos de que la morosidad se disparará este invierno

Advierten de que "muchas familias" no podrán asumir la factura este invierno | El porcentaje de impagos comunitarios estaba en 2021 entre el 8% y el 10%

Varios vecinos en una junta de propietarios, una imagen que se volverá recurrente en los próximos meses. Alvaro Monge

No será una sorpresa para los administradores de fincas que una vez llegado el invierno, con las cuotas de las comunidades de vecinos que utilizan gas y gasóleo subiendo del orden «del 20 al 30%», lo primero que se deje de pagar por parte de las familias sea la factura comunitaria. Que la morosidad se dispare, en otras palabras, con un incremento «importantísimo» de la misma, tal y como afirma Miguel Ruiz Lizondo, el presidente del Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Aragón.

El porcentaje de impagos se situaba el año pasado «entre el 8 y el 10%», explica el presidente del órgano colegiado, pero para este curso nadie se atreve a dar una estimación. «La morosidad, si no se toman medidas, va a ser enorme. Y muchos vecinos no podrán pagar», advierte Ruiz Lizondo.

La cosa está en que la inflación tiene demasiados frentes de batalla. La cesta de la compra, la luz, el gas o el combustible de los vehículos. Todo sube y sube, y los administradores tienen claro que el primer gasto que se dejará de pagar será el de las facturas comunitarias. Será normal, explica el consultor energético de Pulso Energía José Alberto Martín, al «cuadriplicarse» el gasto energético mensual de la comunidad.

«El invierno pasado ya hubo llamadas por este tema, pero el gran chaparrón vendrá cuando los propietarios tengan delante la primera factura del invierno», avisa Raúl Ibáñez, un administrador de fincas de Admyges. En este sentido, los expertos siguen una línea de recomendaciones bastante clara: reconvertir los edificios hacia la sostenibilidad y la eficiencia. «En los nuevos edificios de Zaragoza, el gasto en agua caliente es mayor que el de la calefacción», revela Lucio de la Cruz, el presidente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza.

La razón se halla en apuestas como la aerotermia, un sistema de climatización que intercambia calor entre el interior de la vivienda y el exterior a través de una bomba de calor que obtiene energía del aire para convertirla en calefacción, refrigeración o agua caliente. Permite conseguir hasta un 75% de autosuficiencia energética.

Los repartidores de consumo en la calefacción central

En el caso de la calefacción central, la Unión Europea insta a España desde 2012 a instalar repartidores de consumo en los edificios de calefacción central. Pero con la crisis climática por fin sobre la mesa de debate y el precio de la energía disparado, es ahora cuando la UE se ha puesto verdaderamente seria en la aplicación de esta medida, que según Lucio de la Cruz permitirá ahorrar «cerca del 20%» del consumo total en estos bloques de viviendas.

Además, se da la situación de que no son los edificios más antiguos los que tienen sistema de climatización centralizado. En el barrio de Valdespartera en Zaragoza la mayor parte de las comunidades de propietarios cuentan con sistema de calefacción central, que se complementa con placas solares. Además, otras inversiones que se están llevando acabo son la instalación de sistemas de gestión telemática para que la calefacción pueda regularse, encenderse y apagarse a distancia, además de los preceptos del instituto Passivhaus.

«La rueda empieza a moverse y las comunidades de vecinos se interesan por las placas solares. Se puede incluso llegar a cubrir un 40% de la demanda energética», apunta el presidente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza. De hecho, explica que en esta carrera por la sostenibilidad que Europa ha emprendido con toda la prisa posible Zaragoza puede desarrollar un buen papel como laboratorio. «El valle del Ebro es un buen banco de pruebas: tiene una alta radiación en invierno, pero el viento complica el aprovechamiento total porque mete el frío por los recovecos de los edificios. Tener una de cal y otra de arena servirá para investigar y extraer resultados», comenta De la Cruz. 

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