"Ninguna historia vale una vida". El titular de este artículo se escribe solo. Su autora, la editora de Reuters, Alessandra Galloni, sabe de lo que habla. La agencia de noticias cuenta con equipos desplegados por todo el mundo, también en zonas de conflicto, como Ucrania y Rusia, donde decidieron conservar a sus corresponsales pese al estallido de la guerra y las decisiones de Putin de reducir a la mínima expresión el derecho a la información.
Galloni ha reivindicado desde Zaragoza la importancia del periodismo como la búsqueda de la verdad, la precisión en la recopilación de los hechos, las fuentes fidedignas y el trabajo pegado al terreno. La "glocalidad" define el trabajo de esta agencia de larga trayectoria, con mirada global, pero pegada al terreno en decenas de países y con contenidos en quince idiomas.
Galloni defiende la labor de los periodistas frente a la propaganda, en los momentos de mayor tensión propagandística como una guerra, pero también en el día a día. "Cuando todo el mundo está un poco contento y un poco enfadado con tu noticia, seguramente hemos alcanzado el equilibrio deseado", reflexionó.
Con todo, hay líneas rojas en el ejercicio de la profesión. Siempre hay que poner en la balanza, defiende Galloni, el derecho a la información y el riesgo para conseguirla. "Ninguna historia vale una vida", insistió. Por eso Reuters destina "numerosos recursos y esfuerzos" en proteger a sus reporteros.
En este entorno digital, la "verificación" es una máxima. "Verificamos todo el contenido que llega de Internet y toda la ‘información oficial’ de los Gobiernos", explicó. "Creo que la verdad existe, los hechos existen, y para eso debemos trabajar con nuestras fuentes y ofrecer contenidos de confianza a los lectores", concluyó.
