Endesa X impulsa la electrificación de la provincia de Zaragoza

El mundo está inmerso en un proceso de cambio sin precedentes conocido como la transición energética. La sostenibilidad y el futuro de nuestro planeta pasa, entre otras cosas, por llevar a cabo una electrificación y descarbonización de la sociedad en todos sus ámbitos.

El Grupo Enel - al que pertenece Endesa - y a través de Endesa X en España, está desarrollando tres proyectos de electrificación en todo el mundo con los que quiere mostrar las ventajas y bondades que tiene electrificar tanto para clientes residenciales como para empresas e instituciones. Zaragoza, Cerdeña y Santiago de Chile han sido los lugares elegidos por la compañía por sus particularidades. Globalmente, hasta 2030 Enel tiene previsto invertir en todo el mundo 210 mil millones de euros para acelerar la consecución de los objetivos de electrificación y de descarbonización del Grupo, alcanzando un total de capacidad renovable de aproximadamente 154 GW, triplicando el porfolio actual.

En el caso de Zaragoza el proyecto insignia o flagship de Endesa X busca promover la electrificación en la provincia y acelerar así la transición energética. La elección de la provincia no ha sido casual, sino que se han tenido en cuenta una serie de singularidades que la convierten en un lugar idóneo para probar este modelo tanto en la industria, como en la edificación o en el transporte, los tres ejes sobre los que se asienta este cambio de modelo, poniendo en marcha más de 500 proyectos. 

Zaragoza cuenta con una economía basada en la industria, centrada en la innovación y con un gran potencial de descarbonización de procesos y del transporte. También cuenta con gran potencial para la implementación de vehículos eléctricos, tanto en el ámbito privado como público. 

Además, los hogares de la región tienen un consumo mayoritariamente térmico con potencial de reducción de consumo de combustibles fósiles. Es una de las provincias con mayor penetración de gas natural. La provincia de Zaragoza se caracteriza por una mayoría de viviendas plurifamiliares (en torno a un 76% del total) y su principal fuente de combustible es el gas, con una cuota de alrededor del 47% de los hogares (otros: 21% gasóleo, 10% gas butano, 3% biomasa), frente al 32% de media nacional, lo que supone un mayor reto para su electrificación. Además, el 33% del total de los hogares zaragozanos dispone de sistemas centrales, ya sean de agua caliente sanitaria, calefacción o ambos.

Por todo ello, el potencial de electrificación a 2030 para Zaragoza es aproximadamente de 1,0 TWh, impulsado principalmente por la industria (0,5TWh) seguido del sector transporte y la electrificación de los edificios residenciales.

Endesa X quiere demostrar a sus clientes en Zaragoza y provincia la conveniencia económica de la electrificación. Para ello está introduciendo productos innovadores, ofertas inéditas que combinan energía con equipamiento, y nuevos modelos de negocio. 

Desde la compañía señalan que para lograr la neutralidad de carbono para el 2050 es necesaria la electrificación de todos los sectores. La electrificación es la forma más rentable y eficiente de descarbonizar el consumo final de energía del transporte, los edificios y la industria. La electricidad obtenida a partir de fuentes renovables puede reemplazar el uso directo de combustibles fósiles en aquellos sectores que son la principal causa de emisiones de gases de efecto invernadero.

Viviendas más sostenibles: la aerotermia y las placas solares ofrecen importantes ahorros

En los hogares, la electrificación permite otra manera de generar energía utilizando tecnologías como la aerotermia y la energía solar fotovoltaica. En el caso de la aerotermia, se trata de una energía natural, renovable e inagotable, basada en una tecnología que aprovecha la energía contenida en el aire para producir calefacción, refrigeración y agua caliente, eliminando las facturas de gas y reduciendo las de electricidad. De esta forma, para calentar una casa, las bombas de calor aerotérmicas absorben el calor del aire exterior a través de un gas refrigerante, y lo transmiten al interior de la casa. Por eso pueden generar calor incluso cuando la temperatura exterior sea de 20 grados bajo cero. Cuando se necesita refrigerar la casa funciona a la inversa: extrayendo el calor del interior para generar frío. 

A diferencia de una caldera convencional, la aerotermia no consume gas ni ningún otro tipo de combustible fósil, sólo un mínimo de electricidad, mientras que las calderas tradicionales utilizan fuentes de energía, como el gas o el petróleo, que tienen un precio cada día más alto.

Como solo precisa de electricidad para su funcionamiento, genera cero residuos, cero ruidos y cero emisiones a la atmósfera; además, no requiere de mantenimiento. Con la aerotermia la energía que se necesita para calentar o bajar la temperatura de un hogar proviene de dos fuentes: el 25% del suministro eléctrico y el 75% del aire exterior; es decir que, con este sistema, como se consume la cuarta parte de energía, se puede conseguir hasta un 75% de ahorro en la factura energética.  

Junto a la aerotermia, la capacidad de autoconsumo de los hogares se puede completar instalando placas solares en el tejado para disponer de energía fotovoltaica, también limpia, renovable e inagotable. Para ello es necesario instalar unos paneles solares y un inversor. Cuando el sol incide sobre las placas, éstas generan energía que se transforma en electricidad gracias al inversor. Además, si esa instalación produce más energía de la que se necesita se puede instalar una batería que permita acumularla y usarla cuando la producción de las placas se reduce. Por ejemplo, cuando está nublado o hay sombra en los paneles. Pero si no se quiere instalar una batería, la energía eléctrica que no se consume se volcará en la red principal y la compañía energética pagará por ese excedente. Y, al contrario, si en algún momento el cliente necesita más energía de la que produce, puede cogerla de la red.

Al ser una instalación para autoconsumo, cuando un hogar consume la energía que produce no tiene que pagarla y cuando necesita consumir de la red, tendrá una tarifa especialmente diseñada para sus necesidades con la que se puede ahorrar hasta un 40%, tanto de día como de noche.

Movilidad pública y privada: más puntos de recarga para vehículos

Además de la aerotermina o la instalación de placas solares, un tercer paso para tener una casa aún más sostenible estaría relacionado con la movilidad y pasa por instalar un punto de recarga y usar en tu vehículo eléctrico la energía generada por las placas solares.

Pero incluso sin tener la necesidad de instalar placas solares, instalar un punto de recarga en tu hogar tiene multitud de beneficios, como por ejemplo: es muy cómodo cargar tu coche en casa, siendo más económico y sin interferir en tu día a día. Podrás adaptar la potencia del cargador para no superar el consumo en tu vivienda y ahorrar en tu factura de la luz. Y, además, una vez en carretera si necesitas cargar tu vehículo en tus viajes o desplazamientos, siempre tienes a tu disposición una amplia red de puntos de recarga públicos como los de Endesa X Way.

La descarbonización de la industria: el caso del sector cárnico en Aragón

La descarbonización se ha convertido hoy en día en una necesidad para la industria. No descarbonizarse sale caro y la electrificación es la palanca para conseguirlo. En el caso de Aragón, el complejo cárnico supone entre el 6-7% del PIB y del empleo total. Todo el sector agroalimentario significa más del 10% del PIB y del 12% del empleo, por lo que se ha convertido en uno de los motores de la economía de la Comunidad y, como tal, ha de ser ejemplo de sostenibilidad y apostar por la descarbonización.

El cárnico es un sector que demanda un alto consumo energético, destinado tanto a los procesos de frío industrial para mantener una temperatura adecuada en la conservación de los productos como a la generación de calor para los distintos procesos de producción. Tradicionalmente este calor se ha producido con calderas de vapor, con el gas natural como fuente de energía, basado por un lado en los bajos precios de los combustibles fósiles y por otro en una limitación tecnológica, al no existir alternativas a los combustibles fósiles para la producción de calor a temperaturas mayores de 50ºC.  

La evolución de las bombas de calor permite hoy la producción de agua caliente a temperaturas de hasta 90ºC, siendo desde un punto de vista energético la opción tecnológica más eficiente: hasta un 600% más que una caldera de gas. En el plano económico, el retorno de la inversión con precios de 2020 estaba en torno a 4-5 años, reduciéndose a 2-4 años en el actual escenario de precios de gas y electricidad.

Técnicamente, para demandas de temperaturas de hasta 55ºC, la bomba de calor puede hacer uso del ambiente exterior para la condensación, obteniendo buenos rendimientos incluso en invierno. Cuando la demanda de temperatura es superior, se necesita disponer de un foco de calor, que será utilizado por la bomba de calor para producir agua hasta 90ºC.

Y es en este punto en el que el sector cárnico debe apostar por la electrificación de su proceso productivo, con la bomba de calor como tecnología base, ya que tiene mejor recorrido que en otros sectores al contar con un foco de calor en su propio proceso productivo. ¿Dónde? En la condensación de las propias enfriadoras ubicadas en las plantas de producción para mantener refrigerado el producto final. Así, no solo se consigue producir calor del modo más eficiente y rentable con la bomba de calor, sino que también mejora el rendimiento del sistema de producción de frío.

Conseguir un sector neutro en huella de carbono, es hoy posible. Además de la electrificación de los procesos productivos, soluciones como el autoconsumo solar fotovoltaico (junto con el almacenamiento de la energía no autoconsumida en el momento de su generación para utilizarla en otro momento), la gestión de la venta de la energía sobrante producida por la planta a través de un PPA (con el que la empresa se asegura una estabilidad en el precio de la energía no autoconsumida) y el asegurar que la energía restante necesaria para los procesos productivos de la empresa sea suministrada con garantía de origen renovable, son medidas que acercan al sector al objetivo de ser neutro en huella de carbono.