¿Qué balance hace del I Encuentro Internacional RenowAgro?

El congreso ha sido muy positivo porque ha puesto de manifiesto que el propósito que venimos impulsando desde el Gobierno de Aragón en los últimos años es perfectamente posible. Existe una base científica e incluso tecnológica y todo un ecosistema de conocimiento de empresas y agentes que, no solo están interesados en el proyecto, sino que ven en él una solución. Hablamos de transformar los estiércoles y purines en fertilizantes con el propósito de sustituir la fertilización clásica convencional mineral por recursos que tenemos nosotros y que ,además, en el plano económico, conseguirán reducir gastos. 

Aragón ha dejado clara su voluntad de liderar la transición del uso de los fertilizantes minerales a orgánicos. ¿Qué pasos se están dando desde el Gobierno de Aragón y con qué plazos trabajan?

No es algo que hayamos empezado ahora. Esto comenzó hace tiempo, y ya en 2019 se aprobó un decreto de purines que establecía las bases normativas dentro de lo que una comunidad autónoma puede hacer. Es un camino que venimos recorriendo y aún nos queda mucho por hacer. Es difícil poner fechas a este proyecto porque depende en gran medida de la voluntad del propio sector ganadero y agrícola, pero nosotros tenemos la seguridad y convicción de seguir trabajando en ello. Hemos comprobado que lo planteado tiene fundamento. 

También se ha puesto de manifiesto la necesidad de llevar a cabo este camino desde la colaboración público-privada. ¿Qué aliados o actores se han de sumar?

Aparte de la industria, que ya ha dejado claro su voluntad vía Térvalis, principalmente son dos los agentes que deberían estar: las empresas ganaderas, sobre todo en el ámbito porcino, y los propios agricultores. En este caso, juegan un papel importantísimo las cooperativas que, por un lado, aglutinan principalmente el 50% de los agricultores aragoneses y, por otro, proveen productos fertilizantes. 

El presidente Lambán habló de la necesidad de propiciar espacios y buscar fórmulas de entendimiento entre el mundo agrario y ganadero. ¿Cómo se puede facilitar esta cooperación?

Aunque tradicionalmente existe cierta tensión entre ganaderos y agricultores, en la propia confrontación existe una solución. El ganadero dispone del purín, que es un recurso de nitrógeno necesario para los agricultores, pero que supone un problema para sí mismo. Por ello, con este nuevo modelo, la ganadería conseguiría darle salida a estos desechos ofreciéndolo a los agricultores como solución fertilizante. 

Hemos hablado de un cambio de modelo pero se trata también de un cambio de paradigma, de lograr avanzar en las relaciones entre los productores para que lo que le sobra a uno lo pueda aprovechar el otro.

Su intervención en el encuentro se centró en el desafío que supone el uso del nitrógeno en la actualidad, un elemento necesario para la agricultura pero que a su vez contamina los suelos y masas de agua. ¿En qué consiste este desafío? 

El nitrógeno en si mismo no es un problema, es una solución. El 78% del aire que respiramos es nitrógeno, un elemento imprescindible para producir alimentos. Otra cosa es el proceso para obtenerlo y aplicarlo.

El problema viene cuando, a parte de los fertilizantes conseguidos a través de los purines, se están produciendo fertilizantes por métodos industriales; o nos desprendemos de los purines o nos desprendemos de los fertilizantes minerales. Desprendernos de los purines no es viable porque supondría eliminar la ganadería, que claramente no es la solución que el Gobierno de Aragón plantea. Tenemos que apostar por el uso del nitrógeno en forma de los purines y estiércoles que ya tenemos y prescindir de un nitrógeno que viene importado. Esa es la manera de afrontar también el problema ambiental presente en los suelos y las masas de agua.

¿Qué proyectos se están desarrollando en Aragón en esta línea?

El proyecto más destacable, presentado en el encuentro internacional, es Nitrógeno Circular (N-Circular), para el que se ha apostado por la Comarca de las Cinco Villas. Un programa planteado de carácter piloto para experimentar el proceso que queremos extender a todo Aragón lo antes posible.

En definitiva, el objetivo final es promover la sostenibilidad y autosuficiencia del sector agroalimentario. El contexto actual internacional ha sacado la luz los problemas que genera la dependencia de otros países. ¿Puede Aragón ser autosuficiente y autónomo en materia agroalimentaria?  

Sí. Desde el punto de vista que nos ocupa, con un elemento fundamental como es el nitrógeno, podemos y debemos ser completamente autosuficientes. Aragón necesita trabajar por está independencia porque sino tendremos un problema ambiental mucho más grave. Además, supone tanto un elemento de competitividad y viabilidad económica, como de sostenibilidad ambiental.

¿Ser autosuficientes a nivel de fertilizantes es posible?

Los fertilizantes orgánicos son el primer paso, teniendo en cuenta por supuesto su calidad. En el encuentro se ha comentado la necesidad de que pasen por los controles necesarios por el bien de la producción y de la sociedad misma y que no sean elementos contaminantes.

Es un proyecto muy ambicioso y que puede aportar grandes beneficios, ¿cómo ha sido posible su elaboración?

Para llevar a cabo este proceso de transición están siendo necesarias las tecnologías aportadas por el grupo Térvalis, al que, desde el Gobierno de Aragón, se agradece su gran colaboración con la cesión de varias patentes. Con ello ha demostrado la voluntad de acelerar este proceso, contribuyendo con algo tan valioso como un conocimiento y unas técnicas ya desarrolladas en las que han invertido mucho tiempo y dinero y que nos van a permitir no tener que recorrer caminos ya transitados. Siendo una empresa privada es justo reconocerles su trabajo y su gran generosidad.