El camino al 28M en Aragón: ¿Transfuguismo o cambio de chaqueta?

El 15 de septiembre se cumplirán 30 años del triunfo de la moción de censura del socialista José Marco contra el presidente de Aragón del PAR Emilio Eiroa gracias al voto del diputado tránsfuga Emilio Gomáriz, que había dejado las filas del PP y se había integrado en el grupo mixto unos meses antes.

Este fue uno de los casos de transfuguismo más sonados en la España de los 90 y, de largo, el más polémico en Aragón. No solo por la moción, sino por las acusaciones de soborno y corrupción que siguieron al llamado Gomarcazo o caso Gomáriz. Una denuncia posterior al presidente Marco por dos delitos, quedarse un sillón encargado por la DPZ y el espionaje a rivales políticos con fondos públicos, hizo que solo 15 meses después tuviera que dimitir como presidente de Aragón, fuera expulsado del PSOE e inhabilitado durante seis años.

Los expertos coinciden en que, tres décadas después, ninguno de los casos señalados como «transfuguismo» en esta precampaña en Aragón se asemeja al que cambió el color político del Gobierno de Aragón en 1993.

Si entonces los analistas señalaron como uno de los motivos de la moción la intención de que el PAR no se convirtiera en un partido hegemónico en Aragón, hoy los principales cambios de filas también se están produciendo en el centro político. Tanto en el PAR, que suma ya dos escisiones (Aragoneses y Tú Aragón), como en Ciudadanos, donde el runrún del cambio de chaqueta de sus concejales y diputados es constante.

Esta misma semana se ha anunciado que el candidato del PSOE a la alcaldía de Fraga será el todavía concejal de Cs Ramón Salamó, que asegura haberse dado de baja de militancia del partido naranja, aunque en la dirección de Cs en Aragón no tienen constancia de ello y le exigen el acta.

Estaba previsto que este sábado se presentara oficialmente en Cuarte de Huerva la última escisión del PAR, Tú Aragón, pero sus impulsores han pospuesto la cita. Lo único confirmado es que uno de sus rostros visibles, el teniente de alcalde de Cuarte, Julio Conde, se ha dado de baja del PAR.

Antes se borraron del PAR otros críticos con la dirección del partido, entonces en manos de Arturo Aliaga, como Elena Allué, Berta Zapater o Julio Esteban. Los dos últimos ya están en el grupo de no adscritos en la Diputación Provincial de Teruel, donde han empezado a votar de forma distinta al equipo de Gobierno (formado por la coalición del PSOE y el PAR), y de la mano del PP. Sus antiguos compañeros de filas en el PAR lo tienen claro: "Están votando con su partido". 

En cualquier caso, los votos de los diputados que han cambiado de partido (ahora en la Plataforma Aragonesista-Aragoneses) no representan un cambio de la mayoría existente en la institución, así que técnicamente tampoco podría considerarse como transfuguismo su actuación.

Técnicamente, la politóloga Carmen Lumbierres lo aclara: "Tránsfuga es aquel cargo público que en el desempeño de sus funciones en una institución, nombrado por un partido, cambia de formación o es expulsado, y con su voto cambia las mayorías preexistentes y rompe la disciplina de voto".

Hasta ahora, ninguno de los episodios vividos en Aragón en esta precampaña se puede encuadrar en esta situación. "Lo que está ocurriendo en Aragón es un cambio de militancia, un cambio de chaqueta ideológico", explica, en relación con casos como que los ahora concejales de Cs pasasen en la próxima legislatura a las listas del PP o del PSOE.

Por ello, considera que los partidos están utilizando las referencias al "transfuguismo" por interés electoral. "Ser tránsfuga tiene muy mala prensa, pero saben que lo que está ocurriendo es un cambio de chaqueta, no transfuguismopolítico". Al menos, hasta ahora.

El principal problema en España es que la Ley Orgánica de Régimen Electoral (LOREG) no regula el transfuguismo. Solo existe la Comisión de Seguimiento del Pacto por la Estabilidad Institucional y lucha contra el Transfuguismo Político, que adoptó su primer acuerdo en 1998, después de una serie de casos a todos los niveles políticos, del autonómico al municipal y al estatal. La última reunión de la comisión fue en marzo de 2021.

El primer acuerdo ya alertó entonces de los efectos perniciosos del cambio de chaqueta de los cargos públicos que "suponen la alteración de la representación política durante la misma legislatura, cambiando la orientación de la relación de fuerzas surgida de las urnas".

"No sólo son perjudiciales para la gobernabilidad de los municipios, sino que deterioran los fundamentos del sistema político", alertaba entonces la comisión. Cabe recordar que la inmensa mayoría de los partidos políticos suscribieron el pacto en su momento y se han ido sumando a él los de reciente creación, como Podemos y Ciudadanos.

Ese primer acuerdo ya adoptó algunos compromisos, como que los partidos políticos que lo suscriben "se comprometen a no admitir en su grupo político a un concejal integrado en la candidatura de otra formación, mientras mantenga el cargo conseguido en su partido original". Quedan semanas para ver si los partidos cumplen o si el último mes de la legislatura es un desfile de tránsfugas. 

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