LA LEY DEL JUEGO EN ARAGÓN

Un ludópata en rehabilitación: "Nunca me limitaron sacar de mi dinero en las salas de juegos"

Este antiguo usuario confirma las malas prácticas dentro del sector / "Es un ajuste muy necesario", asegura

Un hombre frente a varias máquinas tragaperras en un salón de juego.

Un hombre frente a varias máquinas tragaperras en un salón de juego. / MAX ROSSI

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Manuel (nombre ficticio) tiene 40 años y juega desde que cumplió la mayoría de edad: «Empecé compartiendo partidas con amigos y luego empecé a ir solo a estos locales». 

«Mis padres no vigilaban mi tarjeta de crédito», recuerda este zaragozano, que asegura que su adicción se agravó cuando empezó a pagar de esta manera y cuando se introdujo en las apuestas deportivas. Y ahí, con la tarjeta, surgió el problema:«Nunca me han impedido pedir dinero con mi tarjeta en ningún local de juego». 

Tan fácil era que recuerda el modus operandi a la perfección: «Gastaba el efectivo, me acercaba a la caja, pedía una cantidad, pagaba y me daban un ticket o un QR que enseñaba en un cajero dentro de la misma sala, donde retiraba el dinero». ¿Por qué es tan grave esta práctica? «Porque es fundamental salir de esos locales, para poder pensar, crea muchos problemas al ludópata quedarse dentro». Entrar en una sala de juegos con una adicción a este tipo de azar es una montaña complicada de escalar, «porque dentro te dan todo, aperitivos y bebidas, y si tienes el dinero... no encuentras la necesidad de salir de estos locales». 

Los límites del efectivo se los pone uno mismo. «Yo llegué muchas veces al máximo que me permitía mi tarjeta, que eran 600 euros», cuenta Manuel, aunque admite que si ese límite fuera más alto, lo habría superado. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la Policía Nacional ha registrado casos de ludópatas que llegaron a sacar 37.000 euros en menos de un mes dentro de estas salas. 

Hace dos años que se autoprohibió entrar en estas salas, lo que le llevó, en ocasiones, a las tragaperras de los bares. «Allí tampoco te ponen problemas y he llegado a ver cómo daban dinero a la gente sin efectivo», detalla Manuel, que valora como «necesarias y positivas» las medidas:«La facilidad para crear ludópatas hoy es terrible».

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