EL AUGE DEL TURISMO EN LA NATURALEZA

La adrenalina y el turismo de aventura cotizan al alza en Aragón

Las empresas asociadas al turismo deportivo son un 20% más que antes del covid | La comunidad es la segunda del país con mayor presencia del sector con mil empleos

La vía ferrata del barranco del Sorrosal es uno de los lugares más atractivos del Pirineo.

La vía ferrata del barranco del Sorrosal es uno de los lugares más atractivos del Pirineo. / S. E.

Fue la pandemia, entre otras cosas, un momento de catarsis para no pocos ciudadanos. Los hubo que salieron del confinamiento decididos a cambiar de trabajo y se mudaron al pueblo. Los hubo a los que se les caían las paredes sobre los pensamientos y cambiaron su modo de ver el mundo. Y los hubo que salieron disparados a vivir esas experiencias que nunca antes se habían atrevido a disfrutar. Del 'puenting' a la escalada, el descenso de ríos, las tirolinas o las vías ferratas cotizan al alza. Los subidones de adrenalina y el aire fresco están de moda. Tanto es así que el sector en Aragón, uno de los más vigorosos de todo el país, ha crecido entre un 10% y un 20% respecto a las cifras prepandemia, superando las 500 empresas entre pymes y autónomos que emplean a más de mil trabajadores de forma directa.

El covid fue un duro golpe para el sector del turismo en la naturaleza, que cuenta con una notable implicación en Aragón, la segunda comunidad autónoma con mayor volumen de empresas dedicadas a esta actividad. Los contratos quedaron en el aire durante meses, y si bien ahora se corre un tupido velo sobre aquellos tiempos de nubarrones, la recuperación ha derivado en un sector sano y fuerte que fija empleo en el territorio y atrae cada vez a más curiosos.

«Donde mejor se está es al aire libre y eso lo ha aprendido la gente de la pandemia. Después del parón de 2020 hemos notado que hay muchas ganas de naturaleza. Podemos decir que hemos recuperado la actividad previa a la pandemia y que incluso hemos registrado un incremento», explica Javier Garrido Velasco, el vicepresidente de la Asociación Aragonesa de Empresas de Turismo Deportivo (TDAragón), que aglutina a varias de las empresas más relevantes del panorama autonómico y pelea por profesionalizar el sector y dotar de ayuda a quienes emprenden su aventura en el mundo de las aventuras. 

Y es que de sobra es conocido el potencial del turismo de interior en Aragón, ese subsector que hoy cotiza al alza y que debe jugar un papel clave en la pugna contra la despoblación. Las más de 530 empresas contempladas en el Anuario Estadístico de Turismo de 2022 que publica el ministerio son en su mayoría pymes y micropymes, pequeñas entidades que se siguen creando en pequeños municipios y que «quedan fijadas en el territorio», como explica el vicepresidente de TDAragón. «Son empresas que fomentan el empleo directo. Es muy sencillo: para una ruta en canoa necesitas un guía, pero si el grupo es grande y necesitas dos embarcaciones, pues también necesitas dos guías», asevera Javier Garrido, que cifra en mil los empleos directos que mueve el sector en Aragón. 

Sin embargo, saben bien en el sector que lo que ocurrió en 2021 fue «una ilusión». Las ganas de salir de casa tras el confinamiento sumadas a las restricciones de movilidad y sobre el ocio tradicional mezclaron en la sartén todos los ingredientes necesarios para un crecimiento sin igual del turismo activo, de aventura y el ecoturismo, que se convirtió en la primera opción para no pocas vacaciones y escapadas. Sin embargo, el año pasado, si bien fue «más que bueno», no igualó al curso previo al abrirse las fronteras y buscar la gente distintas formas de divertirse. «No hay ningún tipo de preoupación. Más bien todo lo contrario: sabemos que lo de 2021 no fue real, pero hemos recuperado las cifras de facturación y actividad previas a la pandemia», explica Garrido.

Oferta variada

Se caracteriza el sector del turismo activo por lo variado de su oferta. Coinciden los miembros del sector consultados por este diario en que hoy las actividades más demandadoas son las relacionadas con el agua, como el rafting, el descenso de barrancos, o canoa, aunque no se quedan lejos otras actividades más accesibles para todos los públicos, como las rutas ecuestres o el ecoturismo, donde prima la observación de fauna y flora y aves). Y por supuesto, siguen desempeñenando un papel fundamental los clásicos: los parques de aventuras y el arborismo, el puenting, la escalada, las vías ferratas o el paintball. 

El turismo activo cuenta con una notable implicación con el territorio. «Mucha gente queviene a practicar las actividades se aloja en pequeños establecimientos de la zona. Somos muy complementarios con el turismo rural», apunta Javier Garrido. Comenta el vicepresidente de TDAragón que Pirineo tiene «el mayor tirón» de toda la comunidad autónoma, aunque existen otras zonas cuyo atractivo, gracias a la menor masificación, está creciendo de forma sostenida, como el eje del Moncayo o el Maestrazgo en Teruel, donde la orografía permite realizar estas actividades. En resumen: en la comunidad se ofrecen casi medio centenar de actividades distintas para disfrutar de la adrenalina y la naturaleza. 

"Mucha gente queviene a practicar las actividades se aloja en pequeños establecimientos de la zona. Somos muy complementarios con el turismo rural"

Precisamente por estas fechas de Semana Santa comienza el grueso de la campaña para estas empresas. Las previsiones son «excepcionales» para este periodo de vacaciones, explican desde el sector, pues las condiciones meteorológicas han mejorado de forma considerable. «Se espera una Semana Santa bastante buena. Durante estos últimos días ha nevado en el Pirineo, lo que permitirá realizar todavía actividades como raquetas, pero a la vez habrá temperaturas agradables, por lo que las reservas de última hora se están disparando para actividades de agua o senderismo», desarrolla el videpresidente de TDAragón. 

El turismo al aire libre está de moda y Aragón sabe que es un tirón que debe aprovechar. Cada vez más pequeñas empresas se lanzan a la aventura. Y no les va nada mal.

Parque de tirolinas en Murillo de Gállego, con los Mallos de Riglos al fondo.

Parque de tirolinas en Murillo de Gállego, con los Mallos de Riglos al fondo. / S. E.

Pocos pueden arrogarse la hazaña de haber abierto el primer parque de aventuras de España. Y aún menos pueden contar de primera mano cómo ha evolucionado el sector del turismo activo en Aragón que quien lleva más de 20 años al pie del cañón. Cuenta la responsable de Verticalia, Sira Mañas Roncero, que cuando se lanzaron a la aventura de comenzar el proyecto en Murillo de Gállego «nadie entendía muy bien lo que hacíamos o qué era eso del arborismo». Ahora que «claramente está en auge» ven que acertaron, aún con sus momentos duros como la pandemia y el posterior rebote tras el confinamiento. «Las zonas rurales están atrayendo a muchísima gente y estamos llenos prácticamente toda la campaña. A decir verdad, estamos notando que hay muchísima reserva de última hora, gente que se levanta con ganas de hacer actividades al aire libre, sentir algo de adrenalina, y se lo piensa menos que antes. Ahora tenemos mucha gente que está de paso y para en el parque de aventuras a pasar el día», cuenta Mañas.

Explica la responsable que para esta Semana Santa esperan una «buena afluencia», en torno a 80 entradas cada día aunque el miércoles registraron 120 entre las actividades de tirolinas y puenting. «Trabajaremos en torno al 80% de nuestra capacidad», asevera Mañas, quien detalla que es precisamente en abril y mayo cuando mayor es el interés de los visitantes, si bien se reparte durante todo el año entre campamentos, despedidas de soltero o viajes familiares, lo que les hacer tener un equipo de trabajadores de dos fijos y hasta cinco extras.

«Para Semana Santa trabajamos al 80%»

Volar sobre el embalse de Búbal a 90 kilómetros por hora en la tirolina más larga y alta de Europa como las aves que transitan el valle de Tena. No es mala carta de presentación para la empresa del mismo nombre que opera una de las tirolesas más famosas del país. La buena marcha de la empresa les ha llevado a ampliar el abanico de actividades, sumando parapente, boogies, bici eléctrica y quads.

Cuenta José Luis Salicio, el responsable de esta pequeña empresa ubicada en La Hoz de Jaca, que esperan recibir unas 1.500 personas durante esta Semana Santa, una cifra «más que decente» que podría mejorar gracias al buen tiempo. «Estamos al 80% de la capacidad de las reservas y podrían saltar unas 300 personas al día», desarrolla el responsable de la compañía, quien detalla que para este periodo vacacional trabajarán nueve empleados más los dos socios.

La tirolina del valle de Tena sobrevuela el embalse de Búbal.

La tirolina del valle de Tena sobrevuela el embalse de Búbal. / S. E.

«No hay por qué ocultarlo: la situación es boyante en el sector. Estamos por encima de las cifras prepandemia. El turismo ha derivado muchísimo hacia zonas verdes y de montaña, con un crecimiento de en torno al 14% en zonas rurales, por lo que ese incremento nos salpica», explica Salicio, que detalla que el invierno «ha sido muy bueno» y el verano se espera que también.

Por buscarle un pero al asunto que les impedirá redondear lo que se prevé una Semana Santa de idilio, la crisis de los microchips les ha negado la posibilidad de poner en marcha una nueva atracción para estos días: un columpio que queda suspendido a 120 metros de altura con un salto de 54 metros y capacidad para 3 personas.

«Se han disparado las reservas de última hora»

Dicen que cuando más bella es la cascada del Sorrosal, donde se ubica una de las vías ferratas más famosas del Pirineo, en Broto, es precisamente en estas fechas por el enorme volumen de agua que se precipita por el barranco del mismo nombre. Lo saben bien en We are Canyoneers, una pequeña compañía dedicada al turismo de aventura afincada en Aínsa que alquila los equipos de arneses y ofrece servicios de guía.

«Vamos a empezar la temporada de barrancos este fin de semana y tenemos bastante reservas. No estamos completos, pero Aínsa está a tope y últimamente estamos viendo que la gente reserva a última hora», explica Julen Setién, responsable y guía de barrancos de esta pequeña empresa.

«Lo cierto es que como dan esta semana sol y anticiclón, la gente se ha animado a hacer la vía ferrata del Sorrosal y en Broto. Y luego hay grupos que se han interesado por el barranquismo acuático el fin de semana, que suben las temperaturas», explica Setién.

Cuenta el responsable que la empresa funciona «muy bien» desde la pandemia. «En 2021 el Pirineo estuvo lleno de gente y trabajamos mucho. En 2022 pensábamos que iba a ser igual,pero lo cierto que pese a que fue un buen año se acercó más al 2019. Lo de 2021 fue una ilusión, casi que había demasiada gente, y para este año pensamos que será bueno porque con esas cifras en las que nos movimos el año pasado nos sobra», explica el responsable de We are Canyioneers.