COMARCAS

Las nabatas regresan este domingo al Gállego para vivir el tradicional descenso

Esta edición estrena el reconocimiento de ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco

Todo listo para el descenso de los nabateros este domingo.

Todo listo para el descenso de los nabateros este domingo. / default

El Periódico de Aragón

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Los nabateros volverán este domingo a descender por el río Gallego siguiendo la tradición fluvial. El recorrido de las nabatas Gaiters d’a Tierra Plana comenzará en Murillo de Gallego a las 11.00 horas y llegará hasta Santa Eulalia de Gallego. Este sábado fue un día para ultimar los preparativos y terminar la construcción de los cinco trampos de las dos nabatas del río Gallego, que ya están en el agua esperando la emocionante bajada. 

A lo largo de una jornada con buen tiempo en la playa de Murillo, se ultimó la preparación de las dos embarcaciones para vivir una cita con la tradición que este año tiene un sabor especial, después de que la Unesco haya distinguido a esta cita como Patrimonio Cultural Inmaterial. Una condición que se estrena en la edición de este año ante los asistentes que, como es habitual, se espera que sean numerosos.

«Los días pasados se alinearon los doce maderos que forman cada trampo, se colocan los troncos traveseros de caxico en las dos puntas y con la sarga, los berdugos que van remallando otros nabateros se van haciendo los nudos que unen cada madero con el travesero y con el siguiente madero». Así detallaron desde la organización como se preparan las embarcaciones para este tradicional descenso por el Gállego. «Un proceso de fuerza y habilidad que se realiza en los dos extremos de los maderos para que queden asegurados y sean a la vez flexibles para resistir las incidencias de esta aventurera bajada», añadieron.

Mientras unos nabateros atan los maderos el resto va remallando, o sea, retorciendo y abriendo la fibra de las sargas cortadas en la mengua de febrero. Las ramas más gruesas harán de acopladeras, o sea, se usarán para unir un trampo de nabata con otro y para ello se necesita más grosor y fuerza. «Es una prueba de habilidad saber convertir un palo, una rama en una cuerda fuerte y flexible. A la vez otro nabatero va remojando los nudos ya hechos para que no se sequen y no pierdan fuerza con el calor del día», detallaron.

Muchos turistas han pasado por la playa de Murillo para ver este proceso realizando muchas preguntas y fotografías.

Muchos turistas han pasado por la playa de Murillo para ver este proceso realizando muchas preguntas y fotografías. / El Periódico de Aragón

Una vez completados los trampos, este sábado tocaba realizar «el trabajo de poner las remeras, dos ramas verticales sobre las que se colocarán en la nabata de tres trampos dos remos en la parte delantera y dos en la trasera y en el caso de la nabata de dos trampos un remo delante y otro detrás». «También se ha preparado un ropero para cada nabata, un palo vertical donde dejar la ropa para que no se moje, y la bota de vino y el pernil para reponer fuerzas», añadieron.

Al final, solo quedaba «aguar las nabatas», es decir, «echar los trampos al agua e irlos uniendo, finalizar la colocación de los remos y comprobar su buena flotabilidad». Y ya están en el agua esperando la emocionante bajada. Mientras, muchos turistas ya se dejaron ver este sábado por Murillo para deleitarse con este proceso realizando muchas preguntas y fotografías. Y también muchos piragüistas y clientes de las empresas de rafting. Ahora solo queda vivir la tradicional cita