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Ara Malikian, violinista: "Por primera vez en 50 años, en Aragón por fin encontré mi casa"

El músico recibe hoy la Medalla de las Cortes de Aragón

Concierto del violinista Ara Malikian en el pabellón Príncipe Felípe

Concierto del violinista Ara Malikian en el pabellón Príncipe Felípe / ÁNGEL DE CASTRO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

Cómo se encuentra tras saber que le darán la Medalla de Oro de las Cortes de Aragón?

Obviamente muy honrado y emocionado. Tengo el complejo de que no me merezco este honor y al mismo tiempo, me siento muy honrado porque por primera vez en mi vida desde hace 50 años encontré en Aragón un lugar que por fin considero mi casa con mi familia. Y que además encontré por casualidad.

¿Qué importancia tiene su mujer (la cineasta Nata Moreno) en todo esto?

Por primera vez en mi vida hicimos una familia. Nata me enseñó todo Aragón y me enamoré de esta tierra, del carácter de los aragoneses, sus costumbres y sus artistas, su historia,… Y por supuesto empecé a identificarme con esta tierra, con su arte y por eso este premio es para mí un honor y, gracias a él, me enamoro más de Aragón.

¿Recuerda cuándo fue la primera vez que estuvo en Aragón?

Fue hace mucho tiempo, hace 25 años o algo así. Gané el premio Pablo Sarasate y eso nos permitió hacer una gira por toda España prácticamente. Hicimos una gira con Ibercaja por todo Aragón, Zaragoza, Huesca, Jaca… Fue cuando conocí Aragón, no sabía mucho aunque entonces tampoco conocí mucho más la verdad.

¿Le sorprendió el humor peculiar que tenemos los aragoneses?

¡Sois todo peculiaridad! Pero precisamente por eso me enamoré de vosotros.

¿Puede que Aragón le haya dado la tranquilidad después de la vida tan intensa que ha vivido?

Bueno... Yo nunca vivo tranquilo, ¿eh? Siempre me estoy moviendo, pero es verdad que mi vida ha cambiado mucho, uno siempre busca una vida mejor. Tengo una familia de la que estoy muy enamorado y hago lo que me gusta. Eso me hace una persona feliz.

¿Se puede entender la vida sin música?

Poder se puede, por supuesto, se puede vivir de cualquier manera. En mi caso, si no tengo música sería un poco menos feliz, mientras me permita la vida tocar y hacer lo que me gusta, soy muy feliz. Pero si realmente pasara algo y no pudiera hacer música, ya buscaría otra cosa que me pueda llenar.

¿Se siente querido en Aragón?

Muchísimo. Me siento no solo querido sino muy afortunado por tener este cariño mutuo con esta tierra que es Aragón. Y no solo con el público, con mis compañeros, con el equipo de trabajo, con otros artistas... Empecé a identificarme con todos los artistas aragoneses y su historia que han sido tan importantes para la humanidad. Aragón es una parte del mundo muy inspiradora.

¿De dónde saca la energía para estar en una gira de conciertos continua?

Del amor que tengo a tocar. Lo que me diferencia de otros artistas es que yo giro toda la vida, no puedo parar porque me gusta lo que hago, enlazo una gira con otra. Esta gira en la que estamos ahora será probablemente la más larga de todos los proyectos que he tenido. Y eso se lo debo también al equipo con el que trabajo, gran parte del mismo es aragonés. No me puedo quejar de nada.

¿Nunca se cansa del violín?

No, es curioso… Siempre busco un nuevo camino y una manera de hacer las cosas, una motivación para continuar. Siempre hay algo nuevo por hacer, por descubrir y por rehacer y por eso yo creo que la música es algo muy grande, que nunca se acabará. Siempre nos dará mucha felicidad, nos iluminará y nos sanará.

Con los padres que tiene, el hijo les saldrá artista...

Sí, es muy artista, aunque no será músico seguro porque está harto de que se lo diga.