La resaca electoral

La herencia de Natalia Chueca, la nueva alcaldesa de Zaragoza

La conservadora deberá afrontar la reordenación pendiente del bus, la urbanización del Portillo y Aceralia o la construcción del campo

Natalia Chueca frente a La Romareda.

Natalia Chueca frente a La Romareda. / EL PERIÓDICO

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Natalia Chueca ascenderá a los cielos del Ayuntamiento de Zaragoza el día 17. Ese día recibirá el bastón de mando de la casa consistorial, hasta ahora en manos del que ha sido su padrino político, Jorge Azcón, que hace cuatro años apostó por ella para dirigir la concejalía de Movilidad y Servicios Públicos y más tarde para sustituirle en el consistorio. Por delante tiene cuatro años de mandato y un ambicioso pero necesario reto, que Zaragoza sea una ciudad climáticamente neutra en 2030.

La alcaldesa in pectore quiere continuar con el «proyecto de transformación» que inició el PP (entonces junto a Cs) en el ayuntamiento zaragozano en 2019 y con el que pretende situar a la capital en el mapa internacional. Su modelo de ciudad deberá tener en el centro de sus políticas el medio ambiente, tarea moralmente obligada y exigida desde Europa.

Su mandato lo inaugurará con uno de los grandes proyectos que ha logrado impulsar, in extremis y al final de la legislatura, el PP: la nueva Romareda, que ahora sí tiene asegurado el apoyo institucional del Gobierno de Aragón, con Azcón como presidente, salvo sorpresa mayor, y que debería ir pareja a esa Ciudad del Deporte Inteligente, con un coste de hasta 50 millones.

Este será uno de los proyectos más importantes de la legislatura y que primero echará a rodar. La adjudicación de la explotación y construcción del campo será una de las primeras cosas que ejecute el nuevo Gobierno de Natalia Chueca, en septiembre. Para las obras habrá que esperar unos meses más, como sucederá en las calles y plazas de la capital.

Plazas y calles

La conservadora quiere continuar con el plan de regeneración de la escena urbana. Por delante tiene el compromiso de adecentar arterias tan importantes como el Coso o la avenida Valencia y continuar con la semipeatonalización del centro y los barrios. Está por ver si se atreverá a poner en marcha una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) más dura, con restricciones que de verdad permitan reducir el tránsito de los coches más contaminantes en un perímetro mucho más amplio. Un asunto peliagudo ya que Vox, que seguirán siendo su socio preferente los próximos cuatro años, le pondrá algo más que reparos.

Chueca se ha quedado a tan solo un concejal de conseguir la mayoría absoluta, por lo que para sacar adelante los presupuestos --por ejemplo-- necesitará el visto bueno de los cuatro de la ultraderecha, a los que tendrá que contentar.

En materia de vivienda tiene más fácil cumplir parte de sus objetivos gracias a los 15, 5 millones de euros que la capital ha captados de los fondos europeos. Por ahora, ya están en marcha las licitaciones para construir 486 viviendas de alquiler para jóvenes en los barrios de El Rabal, Las Fuentes y Valdefierro. En campaña se comprometió a ampliar el parque público hasta las 4.500 viviendas de alquiler «asequible» en 2030 a través de la cesión de derecho de superficie y la captación de vivienda vacía a través del programa Alquila Zaragoza (ALZA). Por otro lado está la rehabilitación, que también recibirá fondos que se completarán con «11 o 12 millones anuales» del presupuesto.

Natalia Chueca en las instalaciones de cocheras de Zaragoza.

Natalia Chueca en las instalaciones de cocheras de Zaragoza. / ANGEL DE CASTRO

Además de terminar la electrificación de la flota de autobuses, la reordenación de las líneas, paralela a la licitación del servicio (la concesión termina este año), será otro de los grandes retos que deberá afrontar, principalmente porque cualquier cambio resulta polémico. Urgente será la puesta en marcha de la línea Circular que conectará el rastro, la estación, la Expo y el Pilar, con la que pretende dar respuesta a las necesidades de los ejes del este y oeste.

Eficiencia energética

A falta de que defina su modelo de smartcity, tiene pendiente conectar el primer barrio solar, el del Actur, que acumula año y medio de retraso; y crear las primeras comunidades energéticas urbanas, con placas solares en los aparcamientos de los barrios, los colegios o el cementerio.

Entre los deberes está por ver cómo solucionara el problema de plantilla que se le avecina, con un número importante de jubilaciones de altos cargos a la vista en una equipo de funcionarios con demasiadas vacantes. Caso aparte será la Policía Local, que se ha ampliado con 119 agentes y se esperan otros 173 entre este año y el próximo.

Para que el Plan de Comercio Local funcione tendrá que darle un buen impulso. Más allá del programa Volveremos, los comerciantes de proximidad reclaman medidas reales, más allá de proyectos 2.0 dirigidos a un cliente joven que pasea poco por las galerías urbanas como la de Delicias.

En ese proyecto «transformador», Chueca seguirá mirando al sector privado. La colaboración público-privada ha sido el motor del Gobierno de Azcón para sacar adelante proyectos como la reconversión del antiguo cuartel de Pontoneros, o rehabilitar y abrir los quioscos municipales que hay repartidos por la ciudad y los parques. Solo así podrá crear un WiZink Center en los suelos del Portillo, otro de sus retos, ahora que hay acuerdo con Adif, o en los de Aceralia, también tras sellar un acuerdo con sus propietarios. Dos gigantescas parcelas que tendrán que urbanizarse en los próximos cuatro años. Pendiente tiene uno de los compromisos de Jorge Azcón de la anterior campaña, como es el museo de la Semana Santa, del que nada se ha sabido en cuatro años.

Entre los planes que seguirán en marcha destacan el Zaragoza Florece o el Bosque de los Zaragozanos, dos programas que no le han costado dinero al ayuntamiento y han tenido éxito. Habrá que ver cómo replica su plan para reverdecer y florecer el Parque Grande en otros como el Tío Jorge.

Con Azcón en la DGA, Chueca tendría que conseguir un gran acuerdo en depuración de aguas y que así Zaragoza reciba financiación para construir una nueva planta. Rascar más financiación por las competencias delegadas, y trabajar mano a mano para conseguir atraer nuevas empresas a la capital.