La caza en Aragón

La labor de Farcaza y los cazadores con la fauna y la sociedad aragonesa es esencial

Los cazadores federados instalan y mantienen comederos y bebedores para distintas especies

Reducir los daños provocados en la agricultura por los conejos y jabalís es otra de las tareas

En años de sequía se intensifica el despliegue de puntos de abastecimiento de agua como balsas.

En años de sequía se intensifica el despliegue de puntos de abastecimiento de agua como balsas. / Farcaza

Monográficos

En un año como este, marcado por la escasez de lluvias y temperaturas altas inusuales durante gran parte de la primavera, la fauna silvestre ha pasado por momentos delicados, ya que se han visto afectadas tanto su época de cría, un momento vital para la conservación, como su desarrollo.

La falta de agua durante la primera parte de la primavera complicó la supervivencia de algunas especies en muchas zonas de la comunidad aragonesa. Los cazadores, como gestores de las poblaciones a través de los acotados, se emplearon a fondo para tratar de revertir la situación.

Cada año, y este con especial intensidad, miles de federados de la Federación Aragonesa de Caza (Farcaza) se dedican a instalar y mantener comederos, siembras para la fauna y bebederos en los cotos para asegurar la buena alimentación de las especies, tanto cinegéticas como no cinegéticas. Es una tarea que en años de sequía se intensifica, con el despliegue de puntos de abastecimiento de agua como balsas, que se llenan cada pocos días para asegurar que cumplen su función.

Implicación de los cazadores aragoneses

Los cazadores aragoneses realizan esta labor por sí mismos, en sus días y ratos libres, poniendo sus propios medios así como sus propios recursos personales, materiales y económicos. La instalación y mantenimiento de estas infraestructuras para los animales supone cada año miles de euros de inversión en Aragón que las sociedades de cazadores sufragan en beneficio del fomento de la fauna silvestre aragonesa.

Las especies que acuden a aliviar su sed a los puntos instalados por los cazadores son de lo más variado: desde perdices, conejos y liebres a jabalíes y cabras pasando por tejones, buitres y aves de todo tipo.

Desde la asesoría técnica de Farcaza, y en colaboración con el Gobierno de Aragón, se explican las mejores técnicas disponibles (diseño, tratamientos de potabilización, etcétera) para la instalación de puntos de agua en el curso de cazador formado en sanidad animal, en las formaciones locales de los proyectos de investigación como Rufa o Coturnix, así como a través de las consultas formuladas desde las propias sociedades de cazadores al respecto, por lo que es un trabajo cuidado y estudiado.

Según se constató en el informe Impacto económico y análisis del gasto cinegético en la Comunidad Autónoma de Aragón, realizado en 2016 por la consultora Deloitte para Farcaza, el principal gasto medio anual de las sociedades de caza aragonesas, que se sufragan principalmente con las aportaciones de sus miembros, está representado por el mantenimiento de terrenos cinegéticos

Dentro de ese apartado, alrededor del 10% del gasto de cada año iba destinado a la gestión de puntos de agua y a la aportación de comida para los animales, lo que supone miles de euros que los cazadores invierten cada año en la mejora y conservación de las especies de fauna silvestre en Aragón.

Control de especies cinegéticas

Ayudar en todo lo posible a las especies en su cría y desarrollo no es la única tarea de relevancia que desarrollan los cazadores aragoneses. Su papel es fundamental en otras facetas como reducir los daños que provoca a la agricultura la sobrepoblación de algunas especies, esencialmente el conejo y el jabalí, y de minimizar el riesgo de accidentes de tráfico en las carreteras aragonesas, de nuevo con el jabalí como principal problema.

La de los conejos y sus daños a los cultivos es una problemática que se ha ido extendiendo a lo largo de estos últimos años en Aragón y otras comunidades con perjuicios múltiples: desde el daño directo por la acción de alimentarse y roer al indirecto por el movimiento de tierras para la construcción de sus madrigueras. Los datos de Agroseguro reflejan que el conejo es la especie silvestre más dañina para la agricultura en España: está detrás del 40% de los pagos y afecta a una superficie media de 41.000 hectáreas anuales. Los sindicatos agrarios hablan de hasta 800 millones de euros en pérdidas por anualidad.

La caza se ha revelado como el método más eficaz y sostenible para el control del conejo. Un estudio reciente encargado por la Federación Navarra de Caza y la Universidad de Castilla-La Mancha señala que si se dejara de cazar el conejo, sólo en la Comunidad Foral y sólo en dos temporadas, se multiplicaría casi por diez la población de conejo silvestre llegando a sobrepasar los 2,2 millones de ejemplares y multiplicándose, con ellos, los daños agrícolas y su coste.

La caza también es fundamental para gestionar la sobrepoblación de jabalí, que no sólo es otra especie dañina para la agricultura, sino que está detrás de muchos accidentes de tráfico. Las temperaturas más suaves han favorecido que las hembras tengan dos períodos de cría al año, en primavera y otoño, creciendo la población exponencialmente. En 2022, se capturaron en Aragón más de 43.000 jabalís, mientras que hace una década esta cifra se situaba en alrededor de 15.000.

Entre otras consecuencias, el aumento de población de esta especie ha desembocado en un crecimiento de los siniestros ocasionados por animales en las carreteras: se han duplicado en cinco años, según un informe publicado por la aseguradora Línea Directa, y han superado los 11.400 anuales, figurando las provincias de Huesca y Teruel entre las más afectadas de España por este problema. 

La caza vuelve a revelarse aquí como la mejor herramienta para regular las poblaciones de esta especie cinegética y ayudar a mantener un equilibrio entre la vida de los animales y las personas. Una buena gestión de las poblaciones permite reducir el riesgo de accidentes de tráfico en las carreteras. Es algo que la caza aporta a la sociedad y que no todo el mundo conoce.