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La campaña de la fruta de hueso se normaliza y alcanza los 650 millones de kilos

Los agricultores se enfrentan a la sequía, la falta de mano de obra y ahora, a las plagas

A finales de agosto habrá poca fruta en el mercado, dicen desde UAGA, y subirá el precio

Recogida de fruta, en una imagen de archivo. | EL PERIÓDICO

Recogida de fruta, en una imagen de archivo. | EL PERIÓDICO / eva garcía

Eva García

Eva García

Tras unos años complicados por las lluvias y el granizo, que prácticamente echaron a perder más de la mitad de la cosecha de la fruta de hueso en la comunidad, la de este año va a ser una campaña normal en cuanto a cantidad, ya que se recogerán alrededor de 650 millones de kilos, de los que la mitad serán en Huesca.

Sin embargo, en esta ocasión, ha sido la sequía la que ha provocado que en las variedades más tempranas, como la cereza o el albaricoque, y también el paraguayo, «tengan un calibre más pequeño de lo habitual» que cuesta más que llegue al mercado, asegura Óscar Moret, responsable de la fruta del sindicato UAGA. Por lo menos al nacional, ya que en otros países prefieren la fruta más pequeña, aunque no el consumidor español, que los prefiere de mayor tamaño. La incertidumbre está en el precio, señala.

Pero no es el único problema al que se enfrentan los agricultores, ya que «hemos aprendido a que en el futuro habrá déficit de mano de obra», una situación que ya vivieron en la pandemia. «Primero fue el agua, luego la falta de trabajadores, después la falta de mercado y ahora las plagas», señala Moret, quien afirma que la mosca de la fruta «está atacando fuerte». Por todo ello, el panorama para el sector no es muy halagüeño, asegura, a lo que hay que añadir que «habíamos perdido el pulso de la producción plena».

Queda «un poco de campaña» y aunque va a ser mejor que en los años anteriores, las «variedades van muy deprisa», lo que hará que «a finales de agosto habrá poca fruta en el mercado», según las previsiones del sindicato, y «eso repercutirá en el precio, aunque no siempre es así», insiste.

Sí tiene claro que existe «mucha especulación en el sector» con diferencias de precio del 600%. De hecho, asegura que, por ejemplo, el precio en origen del paraguayo es de 45 céntimos y «yo lo he visto en Huesca que se venden a 6 euros...».

Retirada de las pequeñas

Esto se notará también por el calibre de otras frutas como los melocotones o las nectarinas que si se venden a precio más bajo los de menor calibre también descenderá en el resto. Por eso llevan tiempo pidiendo al Ministerio de Agricultura retirar los más pequeños pero «tenemos a los Gobiernos en funciones y es difícil implantar medidas», señala. Desde UAGA estuvieron en conversaciones con el Gobierno de Aragón pero «lleva ya en funciones 60 días y ahora está también el nacional», asegura.

Esa retirada sería de toda la fruta de hueso de menor tamaño, también del paraguayo, que era «la estrella del Bajo Cinca y ahora está dando problemas de venta» y no saben por qué, ya que es más cara de producir y al consumidor también le cuesta más caro, explica, antes de señalar que «nuestra fruta llega a Centroeuropa y compite con la de mercados como los de Turquía»; con lo cual los precios se desploman.

En cuanto a la falta de mano de obra, señala que hay que tener claro que quien viene a la recogida de la fruta son inmigrantes por lo que habría que «mejorar las políticas migratorias» sobre todo en el caso de los que vienen a trabajar en el sector. En este sentido, señala que ha habido mejoras porque con las «dos o tres subidas que ha habido los sueldos son dignos».

También tiene claro Moret que el sector de la fruta «se regula solo» porque si faltan trabajadores «produciremos menos y no podremos elegir quién se va del sector» porque los jóvenes ya están abandonando porque «están cansados de la incertidumbre». Y a todo ello hay que sumar la plaga de la fruta que combatirla está «resultando complicado en las explotaciones» y dificulta la viabilidad. «Las variedades vienen antes y las plagas mucho más», asegura.

Todo esto afecta al precio y «al final de la campaña habrá repunte de precios en origen y por tanto también para el consumidor», que ve cómo se multiplica el precio y «aunque hay muchos gastos», reconoce que «hay que cambiar la ley de proveedores» para que la diferencia no sea imposible de pagar en el mercado.