Turismo rural

Aragón roza el lleno en el puente y confía en un buen agosto

El Pirineo, el Matarraña y el Maestrazgo alcanzan el 90% de ocupación

Algunos empresarios detectan reservas más breves y menos planificadas

Benasque se ha llenado este puente de visitantes.

Benasque se ha llenado este puente de visitantes.

El puente del 15 de agosto ha supuesto el impulso definitivo para que los principales destinos turísticos de Aragón alcancen en muchos de los casos índices de ocupación cercanos al lleno total, especialmente en buena parte del Pirineo y de las comarcas más orientales de la provincia de Teruel como el Matarraña y el Maestrazgo.

Un pico máximo coincidente con el tradicional momento álgido del calendario vacacional que comenzó a fraguarse a comienzos de mes y que los empresarios confían en que describirá un suave descenso hasta la llegada de septiembre.

Las numerosas fiestas patronales de estos días han movilizado definitivamente a los aragoneses y a los turistas, esencialmente llegados de las regiones vecinas, que se han desplazado a los pueblos o han aprovechado para huir del calor en el asfalto y cambiarlo por el de las playas o refugiarse en paisajes naturales que todavía aseguran disfrutar de noches más frescas.

Así, se han cumplido en buena medida las previsiones proyectadas semanas atrás por las diferentes asociaciones de empresarios turísticos, hosteleros y alcaldes de la comunidad, que confiaban en el poderío del mes de agosto después de la flojera vivida en julio, con datos de ocupación que quedaron por debajo de las expectativas, según trasladaron entonces.

«En la primera quincena habremos tenido entre un 75% y un 80% de ocupación y durante el puente hemos estado a tope y la cosa se ha disparado hasta el 85% o 90%», calcula Jesús Marco, presidente de la Asociación Aragonesa de Turismo Rural.

Coincide desde la provincia de Teruel Pilar Beltrán, al frente de la Asociación de Empresarios Turísticos del Maestrazgo: «La situación ha mejorado bastate esta primera quincena y lo empezamos a notar desde el primer fin de semana de agosto». Localidades como La Iglesuela del Cid, Cantavieja, Mirambel, Allepuz, Villarluengo, Cuevas de Cañar... se llenan de antiguos vecinos y propietarios de segundas residencias y turistas de las provincias vecinas hasta alcanzar porcentajes del 95% y del 100% de ocupación. Una franja exitosa que también manejan en el Mataraña, donde catalanes, valencianos y también visitantes del resto de Aragón llenan estos días casas rurales, hoteles y restaurantes.

«Nuestros vecinos del arco mediterráneo tienen a una hora estas zonas orientales de Aragón y también les gusta escapar unos días del calor pegajoso de la playa y subir a Aragón a dormir con manta, como dicen ellos», comenta Marco.

Vecinos y visitantes se encontrarán estos días una feliz concatenación de fiestas patronales que, si lo desean, les permitirá moverse entre pueblos de celebración en celebración: «No se suelen juntar los festejos y aquí el turista suele hacer tres o cuatro noches para visitar los pueblos y parajes como el nacimiento del río Pitarque, las Grutas de Cristal, las pasarelas de Valloré...», explica Beltrán, que solo ve algunos contados huecos que da por hecho cubrirán las cada vez más habituales reservas de última hora. «Y la esperanza de que a partir de septiembre y octubre veamos la lluvia para que haya temporada de setas», confía.

En la provincia de Huesca las sensaciones son igual de positivas. En Jaca, por ejemplo, hace días que cuesta encontrar una mesa libre en las terrazas y los alrededores de la Ciudadela son en muchos momentos del día un continuo ir y venir de vehículos. El ajetreo también se ha dejado notar en otros destinos estrella como Biescas o Benasque, en su caso con la calle Mayor y la avenida de los Tilos llena de turistas.

Desde la Asociación Turística Valle del Aragón, su presidente, Luis Terrén, saluda de buen grado el lleno de estas dos semanas tras un julio «más flojo de lo habitual» y confía en alargar el buen momento hasta final de mes.

Para ello, como el resto de los compañeros del norte de la provincia, maneja como bazas el refugio que supone «disfrutar de noches más frescas, y de la belleza de parajes naturales, que estos días están llenos de grupos realizando deportes de aventura».

Con todo, Terrén apunta un comportamiento no tan excelso en el caso de la hostelería, «que no se llena» y un aumento «tanto de las estancias más cortas como de las reservas menos planificadas», enumera.